La mayoría de traductores traducen hacia su lengua materna, dado que, tal y como opinan muchos académicos, es la única manera de conseguir un texto realmente auténtico y con un sentido claro.
Sin embargo, en las facultades de Traducción e Interpretación de España prácticamente todas las asignaturas de traducción se imparten tanto de una lengua extranjera a la materna como viceversa, y ello da mucho que pensar. En AbroadLink traducimos siempre hacia nuestra lengua materna, y según tengo entendido ocurre lo mismo en SDL. Otras empresas, como Hermes Traducciones, y según comentó su gerente en una conferencia, realizan también traducciones inversas, es decir, realizan traducciones desde la lengua materna hacia una lengua extranjera.
Si lo pensamos bien, al encontrarnos en España lo lógico es que, a pesar de que no todo el mundo tiene conocimientos básicos de lenguas extranjeras, se quiera traducir desde el español hacia otra lengua para dar a conocer un producto fuera nuestras fronteras. Por ello mismo, resulta extraño que muchos traductores traduzcan siempre hacia su lengua materna.
La razón es sencilla: casi el 80% de las empresas con las que trabajan los traductores profesionales son extranjeras, y cuando solicitan servicios de traducción se debe a que desean exportar sus productos a otros países. Así pues, lo normal es que los manuales que solemos traducir al español también se traduzcan al francés, alemán, italiano, portugués, etc.
Pero también hay sitio para la traducción inversa en el mercado. Yo mismo he vivido en mis carnes el tener que traducir prácticamente siempre del español al inglés artículos de investigación de profesores universitarios. Al fin y al cabo, poder leer en inglés sin muchas dificultades no implica, para nada, tener destrezas para redactar bien en inglés.
Quizás esto pueda sorprender a todos aquellos que no conocen muy bien la actividad del traductor. ¿Quién no ha vivido la típica situación en la que nos dicen «Ah, si estudias traducción tienes que hablar como un inglés o mejor, ¿verdad?»? Pues, aunque cueste creelo, no siempre es así.
Yo, por ejemplo, aunque tengo facilidad para comprender el inglés y pienso en inglés cuando leo, tengo algunas dificultades para hablarlo. La razón es sencilla: apenas practico el inglés hablado. Aunque escribo aceptablemente en inglés, nunca estoy seguro del todo de si lo que escribo lo escribiría un nativo de la misma manera. Por ello, y dado que cuando he tenido que traducir hacia el inglés ha sido siempre un volumen de palabras muy asequible con respecto a la fecha de entrega, he podido documentarme adecuadamente. Pero, por supuesto, siempre contaba con un revisor profesional nativo que corregía el texto.
De este modo, poniéndome en el papel de los docentes universitarios que quieren publicar sus hallazgos en revistas internacionales, comprendo que recurran a traductores profesionales y decidan destinar dinero de sus subvenciones a la traducción (si bien muchos se sorprenden del elevado coste).
Por supuesto, traducir desde la lengua materna también tiene sus ventajas y por ello compensa tener que contratar a un revisor para que nos corrija nuestra traducción. En principio, no se plantea la posibilidad de que el traductor cometa falsos sentidos dado que no tiene —idealmente— problemas de comprensión del texto. En la traducción de textos científicos y académicos esto es de vital importancia para ofrecer tesis que reflejen lo que el autor quería transmitir en su lengua.
No obstante, a veces el autor se pone en evidencia ante el traductor al ser oscuro en la exposición del mensaje, lo que lleva al traductor a estrujarse el cerebro para descifrar el significado de una oración. Por suerte, lo que suele ocurrir en estos casos es que alguna idea no está expresada demasiado bien y, dado que el autor del artículo es el cliente en la mayoría de los casos, conviene hacerle todas las preguntas (con formalidad) que se estimen oportunas para divulgar mejor la ciencia.
Como se puede concluir, la traducción inversa tiene sus pros y contras, pero el caso es que se realiza profesionalmente. Por ello, conviene tomarse en serio las asignaturas de traducción inversa impartidas en la facultad, pues nunca sabremos si algún encargo —incluso el primero— se realizará a una lengua diferente a la nuestra.
Para más información, recomiendo leer el artículo de Dominic Stewart titulado Poor relations and Black Sheep in Translation Studies en el número 2 del volumen 12 de la revista de traducción Target, así como algunos capítulos del libro La direccionalidad en traducción e interpretación: perspectivas teóricas, profesionales y didácticas editado por Dorothy Kelly et al.
Está extendida la idea de que el traductor inverso a partir de su lengua materna no incurre en contrasentidos. Esto es absolutamente erróneo, ya que a menudo no se percata de que no está transmitiendo correctamente ese mensaje que ha entendido tan bien.
El revisor, en este caso, no sólo debe ser un nativo, debe ser alguien que entienda y compruebe el original.
Y respecto a los encargos que pueden llegar… en la facultad también habría que aprender a decir que no cuando no se está capacitado.
En todo el tiempo que llevo trabajando como traductora sólo he hecho una traducción inversa (español > alemán), y porque eran tan sólo 150 palabras para que el destinatario del texto supiera lo que se había decidido en el pleno de un ayuntamiento. Aparte de estos casos de textos breves y fáciles, me niego a hacer traducciones inversas, por dos motivos:
1- Como bien dices, nunca estoy completamente segura de si lo que escribo es del todo correcto, si estoy utilizando las palabras justas que utilizaría un nativo, y no me sentiría cómoda entregando una traducción cuya calidad no pueda garantizar mínimamente.
2- El ritmo de traducción desciende enormemente, tardo mucho más tiempo en traducir una frase del español al alemán que del alemán al español y, por tanto, resulta poco rentable (a no ser que cobre la palabra a 50 céntimos, jeje).
Saludos,
Isabel
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Isabel García Cutillas
Traductora alemán, francés, catalán > español
Intérprete Jurada de alemán
Miembro de Asetrad
http://www.igcutillas.com
traduccion@igcutillas.com
La verdad es que para ganarse las habichuelas no es recomendable tener un trabajo así, pero no está de más como experiencia sabiendo que te revisa un nativo.
Por supuesto, el tipo de texto también influye mucho. Normalmente siempre he traducido artículos científicos de los que sí me veo con la capacidad de traducir más o menos bien por la familiaridad que tengo con ellos (hoy en día la literatura científica más importante está en inglés). Ahora bien, sería impensable traducir un manual técnico medianamente bien sobre todo porque no tengo experiencia, aunque tampoco lo veo imposible.
Hola, soy una recién licenciada en Traducción y he conseguido mi primer trabajo traduciendo textos turísticos. Parece un tema fácil, eso pensé yo al principio, pero los textos turísticos muy extensos acaban siendo básicamente sobre arquitectura, religión y otros temas con los que no estoy nada familiarizada. Me pregunto a qué ritmo debería traducir teniendo en cuenta que soy novel y que la traducción es inversa(español-inglés)ya que me piden que les de una proximación de lo que tardaré en terminar el trabajo.
Espero que me podáis ayudar.
Gracias!
¡Hola Patricia!
Pues si es tu primer trabajo y encima de traducción inversa, seguramente tardarás mucho, porque al principio miramos con lupa todo y porque es muchísimo más esfuerzo traducir al inglés. Además, que interesa quedar bien.
¿Has pensado en contratar a un revisor nativo? Creo que es algo necesario si traduces hacia el inglés (cuando yo lo hacía era una norma, vaya). Eso sí, por mi experiencia, a la larga no es nada rentable traducir hacia el inglés, pues es un proceso mucho más lento y encima necesitas contratar a un revisor. Pero de vez en cuando y si son cosas que te gustan, no está mal.
¡Mucho ánimo!
Un servidor es bilingüe en alemán y español. Pero, dado que he nacido y resido en España, sólo traduzco al español, aunque pudiera hacerlo al alemán con bastante rigor. Esto que a primera vista pude parecer un contrasentido (se gana bastante más realizando traducción inversa, tanto por la complejidad de la traducción, como porque los clientes en el extranjero suelen tener tarifas más elevadas), no lo es.
Al menos, si tenemos en cuenta que el idioma es algo vivo y que actualmente existen expresiones que hace diez años no existían. En resumen, si tradujese al alemán, tendría que pasarme cada añp largas temporadas en Alemania, porque el idioma que aprendí en la escuela ya ni siquietra existe.
Totalmente de acuerdo contigo, Pablo. Mi situación es similar: soy bilingüe en español y euskera, pero únicamente traduzco hacia el español, porque me resulta imposible estar al día de los cambios en las normas y expresiones del euskera.
¡Hola, Amaia!
Sí, ya imagino que tiene que ser bastante difícil estar al día si el lenguaje cambia tanto incluso cuando se es bilingüe… ¡Bien hecho! 🙂
Saludos,
Pablo
¡Hola a todos!
Soy estudiante de Polonia de carrera de traducción e interpretación en España y aquí no traduzco nadie hasta mi lengua materna y tampoco no estoy segura si he bien entendido el texto ni si lo he bien traducido! Por supuesto la traducción directa es más fácil para realizarla pero no quiero decir que el 80% de los traducciones son las traducciones directas. Para mi es igual el nombre de dos tipos de traducciones. Si se trata del mercado, hay las expresas que importen desde extranjero pero también exportan hacia extranjero y por eso pienso que no podemos descuidar el aprendizaje cómo traducir hasta los lenguas extranjeras. Pienso que el autor presentó las verdades sobre las ventajas de la traducción inversa, que sobre todo estamos capaz de comprender todo el texto con todas las matices y en caso del texto extranjero no es siempre evidente. Soy de acuerdo con los argumentos del autor sobre el pensamiento de la gente que el nivel del entendimiento del texto extranjero es igual a la competencia de hablar. Son las personas que no conocen ninguna lengua extranjera que piensan así. Y también no saben que traducir no se hace muy rápidamente, en un abrir y cerrar los ojos y por eso las traducciones cuesta tanto y cuestan más si son los traducciones inversas.
!Un saludo!
Hola, soy estudiante de Polonia. Ahora estoy en España y estudio en el marco de Erasmus. Estoy matriculada en la asignatura de Traducción Inversa, pero en mi caso es la traducción de la lengua extranjera a la lengua extranjera, es decir del español al francés que estudio en Polonia como la lengua B.
Personalmente prefiero traducir a la lengua materna, porque como usted escribe en caso de la traducción inversa nunca podemos estar seguros que lo que traducimos está correcto. Hay siempre los matices semánticas que no conocemos como los extranjeros, entonces siempre necesitamos la ayuda de un revisor para saber si la traducción está bien hecha. La otra dificultad es traducir a las lenguas que son totalmente diferentes, por ejemplo en polaco el orden de la frase es muy libre, mientras que en francés es muy rígido. Hay que tener mucho cuidad para bien construir la frase, particularmente cuando está larga y complicada, y para no hacer el calco de la estructura de frase polaca. Si se trata de la traducción del español al francés, para mi la mayor problema es que las frases en español son muy largas y complicadas cuando en francés de preferencia cortas, sin muchas composiciones. Entonces para elaborar la frase en la manera correcta y similar a la frase de la lengua meta que constituye la lengua extranjera exige mucho tiempo y trabajo. También es muy difícil de traducir el texto que está lleno de las alusiones de tipo cultural o las juegos de palabras, porque las culturas y el sentido de humor son diferentes en cada país. Pienso que es por estas razones que preferimos y elegimos la traducción al lengua materna.
Yo también creo que depende del tipo de texto que se tiene que traducir y también de la lenguaje de destino hacia la que se tiene que traducir el texto desde su lengua materna.
Si fuera una traducción inversa desde mi lengua materna (el alemán) hacia el inglés lo haría sin problemas porque me siento muy seguro en el ínglés y no me llevaría mucho tiempo.
Pero fuera una traducción del alemán al Francés o al Espanol quizás lo haría si sería un texto muy breve y no muy difícil pero en general en el momento no tengo capaz de hacer una tal traducción inversa porque es mi primero año de traducción y ya no tengo suficiente práctica.
Pero si al fin de mis estudios me siento más seguro en el Francés y el Español creo que también haría traducciónes inversas si tengo un buen revisor nativo.
Además no creo que voy a ser una traductora.
Quiero trabajar en el sector de la im- y exportación en una gran empresa y en este sector estoy seguro que no se tiene traducir muchas cosas pero hablar en las lenguas extranjeras con clientes intacionales.
Hoy en día pienso que se debe ser abierto a todas posibilidades.
¡Hola, Julianna, Krystyna y Jasmin! ¡Muchas gracias por vuestros comentarios! ¿Os han pasado el enlace a este blog en alguna clase? Me ha parecido curioso que haya tres comentarios de Erasmus de forma tan seguida 🙂
Aunque hace ya tiempo que escribí este artículo, mantengo mi posición, aunque con matices, claro. Si se trata de una lengua minoritaria, comprendo que se deban hacer traducciones inversas porque no hay suficientes hablantes nativos que conozcan el idioma de partida. Ante un texto técnico, la prioridad es expresar bien el contenido, ya que la forma no suele ser tan importante (es decir, el estilo). Sin embargo, ante un texto literario o un videojuego, donde se exige mucha creatividad, creo que es ciertamente imposible hacer una traducción natural que se reciba con éxito en la cultura meta.
Además, aunque se consiga hacer una buena traducción, y viendo la traducción como negocio (tristemente, es así), seguramente se tardarás mucho más tiempo por la inseguridad que te genera escribir en otro idioma, especialmente si estás cobrando por ello. Por tanto, para un caso excepcional, claro que se puede hacer, pero si nuestra única fuente de ingresos es la traducción inversa, puede que no sea muy rentable, ya que, como dice Jasmin, habría que contratar los servicios de un revisor nativo profesional.
Por supuesto, estamos hablando de traducciones escritas que se publican. Si cometemos errores gramaticales al hablar o al escribir un correo a un cliente, no es grave 🙂
Yo tengo una duda con respecto a este tema.
Si uno no es nativo del idioma al que traduce, ¿debiera cobrar más o cobrar menos? Sé que alguien contestó que en la práctica se cobra más porque requiere más tiempo y porque se necesita de un revisor de la lengua meta. Sin embargo, si uno no cuenta con un revisor (lo que es cuestionable, por supuesto), ¿debiese cobrar menos por no dominar dicha lengua a plenitud? o ¿debiese cobrar más porque implica más trabajo? Yo tengo esa duda desde hace tiempo, ya que debo tener tarifas para este tipo de traducción, pues la traducción inversa es solicitada con frecuencia por varias empresas en mi país. A mi me parece toda una incógnita este tema, porque puede ser mal visto que cobres más por realizar una traducción hacia una lengua que no dominas, o en este caso se da por asumido que debes tener un revisor siempre?
Hola tocayo:
Es un tema peliagudo, desde luego. Yo me inclino más en favor de cobrar más para así dedicar parte de la tarifa a un revisor nativo, la verdad. Lo que sí que no haría sería cobrar menos por la razón de que dominamos menos la lengua: ¡todo lo contrario! De este modo, estaríamos empezando el trabajo diciendo directamente que no somos todo lo profesionales que podríamos ser.
No hay una fórmula secreta, pero al menos creo que es importante desechar la opción de cobrar menos porque dominamos menos la lengua y, por ende, haremos algo de peor calidad.
Saludos,
Pablo
Estoy haciendo un estudio de traducción inversa ¿Sería posible que me recomendaran lecturas para realizar mi trabajo? ¿qué autores son los más destacados en este tema?
Desde ya, gracias chicos
¡Hola, Alejandra!
Pues así, de primeras, te recomendaría un libro que se llama “Translating into the second language”, de Stuart Campbell, ya que es bastante conocido. Además, seguro que encuentras bibliografía a otros libros. 🙂
Saludos,
Pablo
En doblaje (y alguna vez en subtitulación), no es tan infrecuente que el cliente, sobre todo en películas de gran calibre, te pida que, una vez traducida la película, hagas la traducción inversa para que ellos puedan comprobar cuánto te has alejado del texto original. Recuerdo el caso más curioso, con una peli cómica, “Hazme reír” (Funny People), que tras mi trabajo pasó por las manos de un profesional de la comedia, Santi Millán, y a mí me tocó hacer la traducción inversa de sus chistes para que el cliente pudiera entender por dónde habíamos pillado las “coñas”. ¡Casi ná!
¡Hola, Quico! Me alegro de verte por aquí. 🙂
Sí, eso que mencionas yo también lo he sufrido en mis carnes, aunque peor todavía: el original era en japonés, se tradujo al inglés y de ahí a español. Luego cogieron nuestra traducción y la tradujeron al japonés para ver si estaba todo “correcto”… ¡Madre mía! Lo bueno es que así se detectaron fallos en el inglés cuando vieron que varios idiomas tenían el mismo error.
Es un caso diferente, pero vaya, sí, que es un caso que ocurre. Lo malo es cuando se producen errores de traducción cuando te traducen. xD
¡Hola, Pablo!
Acabo de leer esta entrada antigua precisamente porque, en el trabajo, estoy ahora mismo enfrentada a una inversa de estas que, además, son poco agradecidas (mucha palabra suelta sin contexto y cosas así). El mes pasado escribí en mi blog precisamente sobre los peligros de traducir hacia la lengua extranjera (http://lapaginaenblancodemagda.blogspot.com.es/2013/07/los-peligros-de-la-traduccion-inversa.html).
En mi caso, lo hago porque estoy contratada y me lo piden, pero no me gusta y las razones (que di en mi entrada) son más o menos las mismas que he leído por aquí. Básicamente, sé que no voy a hacer un trabajo tan bueno como querría. Y, como es obvio, no voy a contratar por mi cuenta y riesgo un revisor nativo si mi empresa no lo considera necesario. Pero es una pena que, en general, se tenga tan poca conciencia del trabajo del traductor. Mira que les expliqué que no iba a escribir textos perfectos en inglés y alemán, pero parece que prefieren conformarse con mis producciones (al menos saben que serán siempre infinitamente mejores que las de Google) que pagar por un nativo traductor o revisor. En fin…
Un saludo. Leer tu blog es siempre interesante, aunque hayan pasado seis años desde la publicación de la entrada.
¡Hola, Magda!
Vaya, no conocía tu blog y me ha parecido muy interesante. A mi lista de RSS que va. 😉
Yo en su momento tenía que hacer inversas porque era lo que tocaba, no es que lo eligiera yo, pero bueno, lo que hay que hacer es tomárselo con filosofía y aprender todo lo posible teniendo en mente que es algo pasajero y que probablemente no volvamos a enfrentarnos a algo así en el futuro… Como experiencia está bien, pero como opción de futuro, pues ya no lo tengo muy claro. 😛
¡Espero que pronto puedas traducir exclusivamente hacia el español! 🙂
Estamos en contacto,
Pablo
Al hacer traducciones directas se está traduciendo de un idioma vivo y actual al idioma madre (que también se supone es vivo y actual). ¿Tan poco se absorbe del idioma “extranjero” como para que resulte tan difícil y poco fiable el hacer traducciones inversas? Yo llevo un montón de años haciendo traducciones directas e inversas de inglés y no me deben de salir muy mal porque me siguen llegando encargos incluso de entes públicos que luego pasean por medio mundo los textos ingleses creados por mí. Übung macht den Meister me decía mi profesor de alemán y tenía mucha razón.
¡Hola, Errapel!
Supongo que depende del tiempo que pases hablando o escribiendo el idioma al que traduces. Yo por ejemplo leo inglés todos los días y también lo escribo, pero mientras que leo cosas de todo tipo, sobre todo de mis especializaciones, la comunicación que tengo en inglés es meramente corporativa con los clientes. Si escribes mucho en otro idioma, supongo que el caso es totalmente distinto. 🙂
Un saludo,
Pablo
Hola, soy estudiante de en la Licenciatura de Lengua Inglesa y mi especialización es en traducción. Estoy haciendo mi tesis para titularme y me preguntaba si me puedes recomendar bibliografía acerca de la traducción inversa. Muchas gracias.
Hola, Gabriela:
La verdad es que no te podría decir mucho más aparte de que lo que escribí en esta entrada, ya que llevo muchos años sin dedicarme a la traducción inversa… Creo que es mejor preguntarle directamente a tu tutora.
¡Siento no poder ayudar! :S
Pablo
Hola Pablo,
Encuentro muy interesante el tema que propones. Yo creo que si una persona tiene los estudios correspondientes (aunque sea de manera autodidacta), es decir, de traducción, lingüística y de la lengua extranjera a un nivel profundo, de tal modo que entienda la gramática, semántica y estilo de ella (lo que no se da con cursitos cortos de un par de meses, sino con años esforzándose por mejorar) y se dedica a estudiar además la cultura de la lengua en cuestión, es posible llegar a ser un buen traductor a la inversa. Incluso más aun si se lleva años viviendo inmerso en el país de dicha cultura extranjera, casado(a) con un nativo(a), con hijos nativos, etc. El poder dominar un idioma que no es el materno, a un nivel mejor que el que pueda tener un nativo, siempre es posible con dedicación porque hay que recordar que hay “nativos” y “nativos”. Si tu nivel de aquel idioma extranjero está a la altura del que hablan (leen y escriben) los nativos académicos y puedes entender bien la visión de mundo de aquella cultura, por supuesto que va a ser mejor que el de un nativo cuyo manejo de su propia lengua es medio. Un ejemplo de ello que veo muy a menudo (lamentablemente) es cuando “traductores”, cuya lengua nativa es español y al parecer han vivido toda su vida en sus países de origen, usan construcciones como “deber de” indicando obligación y no posibilidad o traductores nativos ingleses diciendo “should of” en vez de “should have”. Volviendo al tema de la traducción inversa: Un ejemplo relacionado, aunque ya sé que no es lo mismo pero tiene mucho que ver, es la disciplina hermana de la traducción, la interpretación. Esta no sería posible si se creyera que sólo se puede interpretar en una dirección. Y por último quiero señalar que ni siquiera siendo la persona más culta y versada en su propio idioma se puede llegar a ser una academia de la lengua. Siempre hay mucho por aprender porque la verdad es que no sabemos nada.
Saludos,
Equis
¡Hola, Equis!
Interesante punto de vista el tuyo también. 🙂 Por supuesto, creo que la cosa cambia cuando, como comentas, vives mucho tiempo en el extranjero y estás inmerso en la cultura porque estás casado con alguien que habla tu segundo idioma y estás más que acostumbrado a escribir en esa lengua. Quizás lo vea difícil si tienes que traducir literatura porque ahí sí que importa la riqueza del vocabulario y demás, pero para otros textos, sí que podría ser suficiente. Por supuesto, incluso así, al menos al principio sería interesante tener a alguien que te dé feeback para ver qué tal haces las traducciones y si de verdad suenan naturales a ojos de un hablante nativo de ese idioma.
Un saludo,
Pablo
Hola a todos!
Poco a poco me voy abriendo camino por los diversos cursos que impartes desde Traduversia, Pablo, y hoy ha tocado este tema. Yo vengo a dar una opinión inversa (pun intended), porque creo que lo de traducir hacia tu lengua materna o inversa depende mucho de las circunstancias de cada uno. Y porque me gusta hacer de abogado del diablo.
En mi caso particular, absolutamente toda mi experiencia profesional se ha dado en el extranjero y la inmensa mayoría de lo que leo, veo y escucho es en inglés, por lo que a menudo me siento más cómoda escribiendo ciertos textos especializados o comunicaciones oficiales en dicho idioma. De hecho, a veces me pasa que, al llevar ya cierto número de años en el extranjero, hay cosas que no sabría expresarlas tan bien en español como lo pueda hacer en inglés, porque sencillamente no las he tenido que utilizar nunca en mi lengua materna.
También es verdad que siempre que sea posible me gusta consultar con un nativo cuando me surge alguna duda, o que alguien le eche un vistazo a lo que he traducido antes de enviárselo al cliente, para asegurarme de que no haya alguna expresión con la que aún no me haya topado y que pueda resultar más natural. Pero creo que esto me ocurriría en ambos idiomas, porque a veces tengo tan asimiladas algunas expresiones inglesas que se me escapa una traducción al español un poco cuestionable.
Bueno, chicos, pues ahí van mis “two cents” para contribuir al tema.
Un saludo, y a seguir educándonos, Pablo!
HM
¡Jelou!
Muchas gracias por tu comentario. Desde luego, tu caso es quizás algo particular porque aunque por supuesto que hay muchos españoles por el mundo (como el nombre del programa de TV), lo más habitual es residir en España y traducir desde aquí. Pero si llevas ya muchos años viviendo en el extranjero, por supuesto que la situación puede ser, como bien dices, inversa. 🙂 Fíjate, ¡estás desarrollando tanto el inglés que hasta supera a tu idioma materno! En ese caso, no hay duda de que traducir al inglés puede ser una gran ventaja competitiva en tu caso. Seguro que así no tienes tanta competencia. 🙂
¡Gracias por compartir tu caso y tu reflexión! 🙂
Un saludo,
Pablo
Hola,
Estoy tomando un curso de traducción e interpretación en EEUU. Ayer fue el primer día del curso. Nos ha pedido la profesora dar un ejemplo de lo que es una traducción inversa. ¿Podrías ayudarme? Mi correo electrónico es cuba423@gmail.com
gracias,
Alberto
Hola Alberto,
La traducción directa es hacia tu lengua materna (o una lengua que domines tanto como tu materna) y la inversa es hacia otra lengua.
!Disfruta del curso!
Un saludo,
HM