Probablemente los términos «pseudolocalización» y «pseudotraducción» te suenen un poco a chino, e incluso es probable que nunca veas nada de lo que voy a explicar en esta entrada. Sin embargo, si te dedicas a hacer testing o control de calidad, o simplemente tienes curiosidad, quizás te interese seguir leyendo.
¿Pseudoqué?
Soy un verdadero fan de hacer las cosas bien desde el principio, por lo que considero que se debería invertir un tiempo más que prudencial antes de empezar a traducir cualquier proyecto de envergadura para probar que no habrá desagradables imprevistos más adelante. Ahí es cuando entran en juego la pseudolocalización o pseudotraducción según sea el caso.
Básicamente, pseudolocalizar o pseudotraducir significa llevar a cabo una batería de pruebas sobre un programa o documento respectivamente con el fin de comprobar, entre otras cosas, que se ven todos los caracteres especiales de cada idioma y que no hay problemas de espacio. En otras palabras, verificar que se ha hecho una correcta internacionalización, es decir, preparar un producto para su posible localización (dejar suficiente espacio, permitir caracteres especiales, etc.).
A mí me hablas en cristiano…
Soy plenamente consciente de lo técnico que estoy siendo, así que por eso he preparado unos ejemplos más visuales.
Pequeña prueba de longitud de textos en el emulador Snes9x
Una pequeña prueba nos permite ver que la internacionalización de este menú del emulador Snes9x es muy mejorable, ya que apenas cabe nada:
Prueba a lo bestia de pseudolocalización en software
Tomo prestado el ejemplo de Lingobit para ilustrar cómo queda un software al que se le ha hecho pseudolocalización de caracteres especiales. Por suerte, todo sale bien:
Prueba totalmente a lo bestia de cómo quedaría el blog en un idioma «raro»
Gracias a la extensión de Chrome PseudoLocalizer, he podido comprobar los peligros de tener un ancho fijo para el menú superior o forzar la ubicación de la imagen de mi monigote si se tradujera a un idioma de lectura de derecha a izquierda.
Lo curioso es que en mi página web todo parece salir bien, incluso el botón activo de «Contrátame», pero el texto no se muestra de derecha a izquierda.
Conclusión: los ingenieros de localización son nuestros héroes invisibles
Termino esta atípica y técnica entrada con una breve reflexión: a lo largo de mis años de experiencia en diferentes empresas y con distintos clientes, creo que he tirado a la basura muchísimas horas de trabajo por cosas que se podrían haber evitado si se hubieran hecho bien desde el principio. El premio se lo doy a un proyecto en el que me cambiaron la fuente tras traducir todo y tuve que cambiar los saltos de línea de todos los mensajes. Merece la pena dedicar horas a ver cómo quedará todo que luego cambiar sobre la marcha, sobre todo si hay muchos idiomas en el ajo.
Por eso mismo, creo que un buen trabajo de internacionalización y una exhaustiva pseudolocalización ahorrarían muchos problemas. Sé que por mucho que se planifique, siempre habrá problemas, es algo que tienes que asumir. Pero tengo fe en que en un buen ingeniero de localización hará magia con sus conocimientos y métodos y librará a muchos traductores y testers de grandes dolores de cabeza.
Rindamos homenaje a todos esos expertos de localización que hacen un trabajo que no se ve y que pocos conocen, pero que existe. 🙂
Hola, Pablo.
Dado que me gusta bastante trastear, todo esto que comentas me parece muy interesante.
Sin embargo, el problema que le veo es que no debería ser trabajo del traductor el investigar de antemano el posible resultado final de algo para que, en caso de existir anomalías, poderlas comunicar a un supuesto ingeniero de localización que en la mayoría de casos ni existirá.
Y todo esto dando por hecho que tenemos acceso al producto acabado, o al menos a un esbozo de lo que será.
Entiendo que lo dices por experiencia propia, para no trabajar en vano, pero creo que es algo que escapa de nuestro margen de maniobra en la mayoría de las ocasiones. Se puede alertar (valor añadido, lo llaman) pero eso no asegura que lo solucionen.
En cualquier caso, son cosas que están bien saber que existen y que van en auge. A ver si prolifera más la profesión de ingeniero de localización ya que me parece vital en los tiempos que corren.
Un saludo,
Javier
PD. ¿Dildo? 😛
¡Hola, Javi!
Efectivamente, esta tarea no es normalmente responsabilidad del traductor, sino que *debería* encargarse el ingeniero de localización de todo ello. Por eso hablaba en la conclusión de los ingenieros de localización. 😉 Es una entrada más bien informativa sobre algo que se conoce poco para el que tenga curiosidad. ¡Hay mucho trabajo que no se ve! Y mucho trabajo que se debería hacer, pero que no se hace. 😛
Un saludo,
Pablo
Hola, Pablo:
Es curioso encontrarme este post precisamente hoy. Resulta que estoy trabajando en un producto que se hizo inicialmente en inglés con botones, textos y descriptivos en este idioma que ahora tiene que traducirse a 12 idiomas, entre los que están el árabe, chino simplificado, coreano, japonés, ruso, alemán entre otros. En el diseño no se ha tenido en cuenta lo que comentas y veremos a ver cómo nos las apañamos para poder poner, por ejemplo, el árabe, y que no se descoloque todo.
Afortunadamente tendré acceso al producto antes de su entrega final y podremos modificar los menús para que todo quede en condiciones.
Aún así creo que es muy complicado prever problemas desde el inicio o incluso preparar una aplicación para su correcta internacionalización, puesto que hoy en día, muchas veces no sabes lo idiomas a los que traducirás el producto hasta que no ves su impacto en los diferentes mercados. Hablo de pequeñas compañías con bajo presupuesto, que van traduciendo según los resultados.
Ya os contaré el resultado.
Gracias por los consejos.
¡Hola, Cristina!
Vaya, ¡qué casualidad entonces! Por supuesto, siempre va a depender muchísimo de las circunstancias de cada uno. Las empresas pequeñitas normalmente no se pueden permitir esas cosas, está claro.
Es cierto que pocas veces se puede prever todo… Pero precisamente por eso mismo, creo que con solo seguir unas pequeñas pautas de diseño (como dejar suficientemente espacio por si acaso), puede ahorrar mucho trabajo con una inversión pequeñísima de tiempo al principio.
Un saludo y… ¡suerte con tu proyecto! 🙂
Pablo