Después de un pequeño parón de actividad bloguera por diversos motivos, vuelvo a la carga para seguir con el tema de las pruebas de traducción (que, todo sea dicho, forma parte de uno de esos “diversos motivos”).
Lo primero que me gustaría comentar es que las pruebas de traducción no giran siempre en torno a un mismo esquema. Es decir, no esperéis recibir una prueba y disponer siempre de un mínimo de días para llevarla a cabo, porque podríais llevaros una desagradable sorpresa. Del mismo modo, no penséis que solo tendréis que hacer una única prueba, porque a veces pasa como en las oposiciones: primero hacen una criba y luego viene la verdadera prueba que, de trabajar en plantilla y no como autónomo, probablemente será in situ.
Así pues, es posible que la empresa que selecciona a los traductores no quiera comprobar la capacidad de adaptación de sus futuros empleados, sino todo lo contrario: lo que la empresa quiere de verdad es que la prueba no te sorprenda más de lo que debiera y que seas capaz de llevarla a cabo en un par de horas como si estuvieras trabajando ya en plantilla. Solicitar una prueba de traducción en empresas de este tipo, normalmente de localización, puede no ser una buena idea si acabas de salir de la facultad y no has visto en profundidad textos similares, pero no es imposible pasarlas si de verdad sientes pasión por dedicarte a la localización.
Desde luego, un máster en tecnologías de la traducción como el de la Universidad Jaume I de Castellón o el de la Universidad de Limerick te va a abrir muchas puertas y te permitirá que conozcas de primera mano todo lo que se cuece en el sector de la localización, pero, repito, no es imprescindible si tienes mucha motivación. Nada impide que te informes muy bien por tu cuenta en Internet sobre cómo funciona la localización, que te descargues versiones de prueba de programas de localización (no tienen por qué tener necesariamente un enfoque aplicado a la traducción como PASSOLO o Catalyst, sino que pueden ser herramientas de edición de recursos —programas compilados— como Resource Hacker o PE Explorer) o que leas artículos en revistas especializadas como Tradumàtica.
Pongamos el siguiente ejemplo. Te gustan mucho los videojuegos y estás habituado al lenguaje de este tipo de software de entretenimiento. Crees que tienes aptitudes para ser traductor de videojuegos y acabas de terminar la carrera, así que decides echarle un vistazo a las ofertas relacionadas con la traducción de videojuegos. Se lo comentas a un amigo y te dice que Blizzard, conocida empresa de videojuegos, está buscando permanentemente traductores de inglés a español.
¿Qué hay que hacer antes de enviar tu currículum? En primer lugar, tienes que saber cuáles son los juegos más famosos de Blizzard. Así, si nunca has jugado al Diablo o al StarCraft, tienes todavía mucho por hacer antes de considerar el enviar o no tu currículum. A mí me gustan mucho los videojuegos y nunca he jugado a dichos títulos, así que, si me interesara la oferta —no, no he echado currículum—, lo primero que haría sería informarme en profundidad de estos juegos y jugar a ellos mínimamente para saber de qué va la cosa.
Sin embargo, ahí no acaba todo. Ni por asomo esperes que te envíen un bonito archivo de Word con el texto que tienes que traducir, porque si te has documentado bien (has leído artículos como Paseo por la localización de un videojuego o Entresijos de la localización), en localización de videojuegos se trabaja con archivos de Excel en los que te encontrarás todo tipo de códigos entre el texto, como saltos de línea, códigos de fin de mensaje o variables. El tema de las variables es muy importante, porque si te encuentras “You have <var> unit(s) left” no puedes poner “Te quedan <var> unidades”, ya que si tienes solo una unidad te encontrarás con un problema de concordancia entre el verbo y el complemento directo. ¿Solución? Suponiendo que se trata de un mensaje de estado, yo propongo “Unidades restantes” (o disponibles): <var>. Recordad, no esperan que sepamos adaptarnos a esta situación: esperan que hayamos pasado antes por esta situación.
Por último, pero no por ello menos importante, conviene disponer de un ordenador de sobra (de un amigo, por ejemplo) para el día de la prueba, porque la informática tiene sus cosas y el día menos pensado se te puede haber colado un virus que te deje inutilizado el ordenador. Y no es algo que diga por rellenar, no: es algo que yo mismo he vivido. Es poco probable que os pase, pero siempre hay una mínima posibilidad de que ocurra. ¡Quien avisa no es traidor!
Lo que comentas en el último parrafo no es nada disparatado. Hace un mes y medio mi Acer murió (sin efectos especiales espectaculares ni nada por el estilo, simplemente hizo puff y dejó de funcionar). ¿Diagnóstico? Placa base muerta (la autopsia posterior reveló corpúsculos de pelusa achicharrados). Y eso sucedió justo en medio de dos proyectos de traducción, en momentos en los que había plazos muy ajustados. En cierto sentido tuve suerte, porque pude adquirir un nuevo ordenador en poco tiempo. Pero puede pasarte que simplemente tu pc muera, y no tengas acceso al de nadie, y ni siquiera tengas dinero para comprarte uno (o incluso aunque lo tengas, no haya existencias).
Conclusión?: Las leyes de Murphy son excepcionalmente puñeteras en el campo de la informática 😀
Pues a mí lo de la localización de videojuegos me atrae bastante (de hecho he enviado la preinscripción para el master de Castellón) pero no los videojuegos en sí, no me hacen mucha gracia (excepto la Wii) y nunca juego. Imagino que esto será un handicap a la larga, ¿no?
Mmmm… pero eso es algo contradictorio, ¿no? Una vez superados los problemas de localización relacionados con el número de caracteres por mensaje, códigos, etc., lo realmente bonito es que te guste traducir lo que forma parte de un juego porque precisamente te gustan los juegos.
Yo no tengo ninguna consola de nueva generación y ahora apenas juego, pero antes he disfrutado de muchos juegos y por eso no me desagradaría para nada traducir un videojuego. Así pues, yo creo que es una gran ventaja que te gusten los videojuegos para traducirlos porque ya sabes lo que va a esperar el público, aunque ello no implica estar al tanto de las novedades ni jugar un mínimo de horas a la semana.
He leído tus artículos sobre traducción (por recomendación de mi novio) y me parecen extremadamente interesantes. Estoy estudiando Filología Inglesa y el campo de la traducción, sobre todo literaria, es el que más me interesa. La información que cuentas sobre las pruebas resulta precisa y muy útil. Espero que algún día pueda recordar esos consejos en alguna prueba… de momento me limito a hacer “apañitos” de traducción a mis amigas de Historia del Arte que tienen seminarios y libros en inglés.
Muchas gracias, Elenía 🙂 Desgraciadamente, la traducción literaria no goza de gran prestigio en nuestro país, ya que está muy mal pagada (y lo peor de todo es que los editores dicen que la traducción literaria debe ser un hobby y que por eso no se debe remunerar tanto) y su acceso es bastante restringido. Vamos, que yo creo que tendrás que hacerte un huequecito como puedas con contactos en el sector más que haciendo pruebas, pero bueno, nunca se sabe… ¡Ánimo en cualquier caso!
Yo hice dos pruebas de traducción con Blizzard para un puesto en sus oficinas de Francia. Y la verdad que en la segunda se notó una subida de nivel enorme. Era la verdadera prueba. Pese a que no conseguí el puesto me alegró bastante saber que, sin estar demasiado familiarizada con World of Warcraft, les gusté en la primera prueba y me animaron a seguir mejorando mi nivel en traducción de ciencia-ficción. Así que, creo que es el momento de dedicarle un poquito más de tiempo a jugar a la videconsola.
Eso es lo bueno de especializarse en videojuegos, que familiarizarse con ellos es más accesible que usar excavadoras o dispositivos médicos 🙂
¡Ánimo!
Para traducciondelmar:
Me gustaría que te pusieras en contacto conmigo, en breve iré a Francia a realizar las pruebas a las oficinas de Blizzard, y estoy bastante nerviosa. Me gustaría que me dieras algún consejillo o recomendación…
Un saludo.