En esta ocasión tengo el honor de presentarte a Adrián Pérez Montes de la agencia de traducción Mondo Agit, que ha escrito un artículo estupendo para Algo más que traducir sobre cómo traducir para la Web con una serie de truquillos la mar de interesantes. Además, también nos da algunas pistas sobre cómo colaborar con proyectos en otros idiomas para ampliar nuestras fuentes de ingresos. ¡Que lo disfrutes!
Como muchos sabemos, especialmente los que nos dedicamos al marketing, el contenido cada vez es más importante para llegar a la gente.
Las empresas (también las españolas, sí) se van dando cuenta poco a poco y empiezan a invertir más y más en crear contenidos que atraigan lectores a su web o blog; contenidos que, en el caso de negocios internacionales, tienen que traducir.
En mi opinión, esto es una gran oportunidad para gente como tú, gente que trabaja en el sector de la traducción. Eso sí, hay un problema: la mayoría de los traductores no sabe cómo escribir para internet, y mucho menos cómo traducir textos directamente para un blog o web.
Aquí es donde espero que este artículo te ayude a sentar las bases para que puedas especializarte en esta área de tan fuerte crecimiento.
Empezaremos hablando del marketing de contenidos para que entiendas por qué necesita tu cliente la traducción, luego veremos muy por encima algo de
HTML, y más adelante pasaremos al SEO y las palabras clave.
Después llegaremos al propio formato del texto y terminaremos con una pequeña incursión en el mundo de las tarifas y, lo más interesante, las oportunidades de negocio.
¿Se te ocurre una forma mejor de pasar la siguiente media hora? ¿No? ¡Pues vamos a ello!
Índice de contenido
Marketing de contenidos
Con la entrada de internet y de las redes sociales, la forma de hacer marketing (de darse a conocer) de las empresas ha ido cambiando.
Hoy, las empresas se alejan del marketing de interrupción y aprovechan el marketing de atracción. Dicho de otra manera, en lugar de molestar a sus clientes con anuncios, las empresas intentan ayudarles dando informaciones entretenidas o útiles que consuman con gusto y en el momento y formato en el que prefieran.
Tiene sentido, ¿no?
Si has leído alguna vez algo sobre marketing online, seguro que te has topado con la famosa frase content is King. El contenido tiene ahora un valor tremendo y ha convertido el marketing de contenidos en una estrategia fundamental para cualquier negocio, además de en una técnica muy efectiva para vender más y mejorar la relación con los clientes.
(Ah, y cuando hablamos de contenidos, no solo nos referimos a texto, sino también a imágenes, vídeos, audios, fotos…)
Pero ¿en qué consiste exactamente el marketing de contenidos?
Pues tampoco se trata de un método supernovedoso: consiste simplemente en crear unos contenidos relevantes (que interesen a la persona que lo va a leer) y que aporten cierto valor a nuestro público. Todo ello con el fin de atraerlos y convertirlos en futuros clientes (¿a alguien más le recuerda esto lo del Señor de los Anillos?).
Pero no solo sirve para convertir al público objetivo (a la gente a la que queremos llegar) en futuros clientes. Con el marketing de contenidos las empresas mejoran su imagen de marca, credibilidad e importancia en un determinado sector, además del posicionamiento en buscadores (Google). Este tipo de marketing también ayuda a fidelizar a los clientes que ya tienen, genera más interacción con los usuarios y permite obtener más feedback de ellos, lo cual permite conocerlos mejor.
Si quieres profundizar en el tema, aquí tienes información sobre el marketing de contenidos.
Cómo traducir HTML
Si sigues el blog «Algo más que traducir», seguramente ya sabrás lo que es el HTML, pero para que esta guía pueda servir a todo el mundo, ahí va una breve introducción.
En principio, lo único que necesitas saber del HTML es que, generalmente, no debes tocarlo. Para ello, necesitarás ser capaz de reconocerlo. Aquí tienes un ejemplo.
Como ves, el HTML va dentro de estos simbolitos: <>. Generalmente tiene una posición inicial (<>) y otra final (</>); aquí tienes más ejemplos.
Por supuesto, hay mucho más que aprender, pero en general las aplicaciones de traducción asistida (también las gratuitas) reconocen el código y no tendrás que preocuparte por él (si no sabes cómo usarlas, puedes apuntarte al curso gratuito de Traduversia sobre herramientas para la localización y la traducción audiovisual).
Hay unas etiquetas sobre las que quiero llamarte la atención: son las etiquetas meta, unas etiquetas que dan a los buscadores información sobre la página web que están leyendo.
Meta tag: title
La etiqueta meta title informa a los buscadores del título de la página. Además, se muestra en la pestaña del navegador del usuario cuando visita la web. En el caso de esta página, la etiqueta sería: Guía del traductor: cómo traducir para internet.
El title aparece en la página de resultados de Google (véase más abajo) y además ayuda a los buscadores a entender de qué va tu página o artículo.
Meta tag: description
Esta etiqueta da a los buscadores una descripción de la página concreta. En el caso de la página que estás leyendo, podría ser: «En esta guía escrita por y para traductores aprenderás cómo traducir contenidos para internet: SEO, marketing de contenidos y redacción web».
Otra opción posible: «Todo lo que necesitas saber para traducir artículos destinados para su publicación en internet. Consejos para traductores de páginas web».
Junto a la etiqueta title, la description ayuda al buscador a entender de qué va tu página y a mostrarla para las búsquedas adecuadas. Google también la usa para decidir qué texto mostrar en la página de resultados.
La página de resultados de Google, SERP (search engine result page)
Aquí puedes ver un ejemplo:
La parte en negrita, en nuestro ejemplo «Manual | Servicio de Traducción al Español», «Manual del traductor en línea», etc., viene dada por la etiqueta title.
La parte después de la URL, la que describe el resultado, suele salir de la etiqueta description.
Como ves, si quieres que alguien pulse sobre tu resultado, es importante haber elegido bien el texto para estas etiquetas.
Eso sí, alguna vez, especialmente si no has usado estas etiquetas o si el buscador no se fía de ti, Google decide libremente qué texto mostrar. Aun así, si la cosa falla, ¡que al menos no sea por culpa del traductor!
Meta tag keywords
Por último, tenemos la etiqueta keywords. Esta no sirve para nada y deberías informar de ello a tu cliente (aquí hay un artículo que te podría ayudar con ello). Eso sí, si a pesar de todo tu cliente te pide que la traduzcas, tú la traduces (pero sin comerte la cabeza, por favor).
Cómo traducir contenidos respetando el SEO (posicionamiento web)
El SEO consiste en optimizar una página web para que los buscadores (Google) muestren tu página por delante del otro billón (o trillón o lo que sea) de páginas que existen por ahí. Aquí tienes un artículo que escribí hace no mucho sobre los fundamentos del SEO.
Si tu cliente quiere traducir su mensaje a otros idiomas, seguramente será porque también quiere que la gente lo lea, y para que esto ocurra, tendrás que tener en cuenta el SEO.
En el artículo que te comentaba antes encontrarás los pasos básicos del SEO; como verás ahí, todo empieza por las palabras clave.
Como traductor, lo mejor es que le pidas a tu cliente que te diga cuáles son las palabras clave que quiere que uses. Lo más seguro es que te diga que no sabe, que las encuentres tú (pero bueno, había que probarlo).
Este es el momento en el que debería decirte que un buen especialista de SEO autónomo cobra unos un mónton de euros la hora y utiliza herramientas caras y especializadas para su trabajo y que puede tirarse horas buscando palabras clave para una página, pero bueno, ¡qué carajo! ¿Eres o no eres traductor?
Cómo buscar palabras clave
Si por alguna razón tienes que buscar palabras clave para el cliente, no se te ocurra cobrarlas como las otras palabras que estés traduciendo. Buscar los equivalentes, sin ponerte a pensar en nuevas opciones o si esas palabras realmente son buenas, te llevará por lo menos 10 minutos por página (cada página tiene tres o cuatro palabras clave).
Ah, este quizás sería buen momento para aclarar que cuando se habla de «palabra clave» no se habla de una palabra, sino de un grupo de palabras. Así, una palabra clave podría ser «traducir artículos para internet», «escribir para internet», «traductor inglés» o «traductor».
Pero empecemos por el principio.
Para que la estrategia de marketing de contenidos funcione mejor y pueda atraer visitas a través de Google, se debe usar junto a una estrategia SEO. Esta estrategia consiste, en parte, en buscar palabras clave que los lectores o clientes potenciales vayan a usar cuando quieran dar con el contenido que estás creando.
Así, si estás traduciendo un artículo sobre las bondades del bolígrafo Bic, tendrás que usar palabras clave que cualquier otra persona que buscase un bolígrafo Bic (o cualquier otro) fuera a utilizar. Te podrían interesar «comprar bolígrafo», «tienda online de bolígrafos», «bolígrafo Bic», «características del bolígrafo Bic», «comparativa de bolígrafos», etc.
Un primer paso para tener organizado todo el proceso de búsqueda de palabras clave sería abrir una hoja de Excel para poder ordenar bien las palabras que vamos a manejar. Tras esto, empezamos a trabajar (¿seguro que quieres hacerlo? ;-)).
- El primer paso es tener claro de qué va el texto que tenemos entre manos y cuál es la razón de ser del mismo (¿es un artículo para vender, para informar, para entretener?; ¿en qué momento del proceso de compra se encuentra el lector para el que se ha escrito el contenido?). Hecho esto, abrimos la hoja de Excel e introducimos los conceptos centrales del texto.
- A continuación debemos ponernos en la piel de nuestro cliente, pensar como ellos e investigar de qué formas diferentes podrían buscar este tipo de contenido. Todas las palabras que nos vengan a la mente las vamos apuntando en la hoja de Excel.
- Una vez que tenemos la lista de palabras por las que nuestros clientes nos buscarían, podemos introducirlas en Google. Al final de la página de resultados veremos una serie de palabras relacionadas que el propio Google nos recomienda y que pueden sernos también de gran utilidad. Luego introducimos las palabras que consideremos relevantes en la hoja de Excel.
- Otro paso sería buscar sinónimos de las palabras que ya tenemos y seleccionar los más relevantes. Para esto, como traductores ya estamos bien equipados, así que no necesitamos más que un buen diccionario de sinónimos (aunque también nos vale Word o algún diccionario de sinónimos en internet).
- Ahora es cuando podemos empezar a utilizar la herramienta de Google Keywords Planner (que está dentro de Google AdWords). Con esta herramienta podemos comenzar añadiendo una web de la competencia y obtener una idea de cuáles son las palabras clave con las que se está posicionando.
- Luego escribimos nuestras palabras clave en el buscador de Google Keyword Planner (copiamos y pegamos de la hoja de Excel). Una vez que pulsemos «obtener ideas para palabras clave», nos saldrá una serie de datos acerca de las palabras clave que hemos introducido, así como otras series de palabras que Google nos recomienda.
- Descargamos toda esta información para analizarla en una hoja de Excel o lo hacemos directamente en la web (normalmente lo más relevante en este caso suele ser el volumen de búsqueda mensual y la competencia).
- Una vez analizados los datos, debemos seleccionar las mejores palabras clave dependiendo de la relevancia que tenga con nuestro contenido, del volumen de búsquedas (da igual si es bajo siempre que nos sean útiles) y de la competencia.
- Si nos hemos convertido en unos verdaderos profesionales, podríamos usar herramientas de pago como SEMrush (junto a Google, una de mis herramientas favoritas para encontrar palabras clave, pero cuesta unos 50 euros al mes, así que no tiene mucho sentido contratarlo si no vas a ganar dinero con ello).
- Finalmente, organizamos todas nuestras palabras clave en la hoja de Excel, borramos las que no queramos y nos quedamos con las mejores, dejando, eso sí, una copia con todas las palabras clave por si en algún momento la necesitamos. Si hace falta, podemos usar el Google Keywords Planner, esta vez con la opción «Get search volumen data and trends» para conocer el número de búsquedas mensuales.
Y ya está: ya tienes las palabras clave con las que posicionar el contenido. ¿Cuánto decías que querías cobrar por este trabajo?
Diferencias de formato entre escribir para la Web y hacerlo para otros medios
Tampoco me voy a enrollar mucho contándote la historia de la Web y cómo ha ido evolucionando hasta convertirse en un medio con sus propias reglas, pero sí me gustaría comentar rápidamente dos o tres cosas que pueden interesarte si vas a trabajar como traductor de sitios web.
A menudo me he encontrado con clientes que querían que el contenido quedase de formas muy determinadas: centrado, rodeando una imagen, en grandes bloques, etc.
La cuestión es que cuando escribes para internet no tienes mucho control sobre cómo va a ver el lector el texto o diseño, así que eso de poner unos espacios para centrar esa palabra o para ponerla más abajo no es buena idea, ya que aunque en tu PC se vea bien, en un móvil, tablet o incluso otros ordenadores seguro que no será el caso.
Esto nos lleva a la regla número uno: no añadas espacios ni líneas artificialmente: todo esto debe llevarse de forma centralizada mediante CSS. Es decir, es cosa del diseñador de la web.
Leer en internet no es como leer una revista o un libro. Leemos saltado y escaneamos el texto en forma de F (empezamos leyendo las primeras líneas completas, saltamos un poco hacia abajo, volvemos a leer una línea completa, etc.).
Y así tenemos la regla número dos: como siempre, respeta el formato original, pero quizás puedas incluso mejorarlo acortando los párrafos para facilitar la lectura (te habrás dado cuenta de que los párrafos que escribo suelen ser bastante cortos).
Ya por último, una recomendación más general. El lenguaje de internet tiende a ser menos formal, especialmente en blogs y comunicaciones en redes sociales. Sin duda tu cliente te lo agradecerá si puedes asesorarle sobre la mejor forma de dirigirse a su público por internet.
Cuánto cobrar por tus traducciones de textos para internet
Bueno, hemos cubierto hasta aquí un montón de temas, vamos a por el último. ¿Cúanto debería cobrar por mi traducción?
Ya he hablado alguna vez en mis blogs sobre los precios. De hecho es un tema que siempre me ha interesado.
Mi opinión es que cada uno debe decidir cuánto cobrar libremente. Si necesitas más trabajo, baja los precios, y si estás sobrado, súbelos. Esto es la ley de la oferta y la demanda (aunque hay alguna cosa más que tener en cuenta, como te explico en el enlace más arriba).
Aparte, cuanto más valor puedas aportar a tu cliente, más podrás cobrar. Eso sí, tu cliente tiene que saber valorar y ser consciente de que le estás aportando ese valor.
Por ejemplo, si tu cliente tiene una web traducida y vende 5.000 euros al mes, pero tú puedes mejorar esa traducción haciéndole ganar 10.000 mensuales, sin duda puedes cobrar bastante dinero.
La cuestión es, ¿puedes hacer esto? Y si es así, ¿puedes convencer a tu cliente de ello?
Quizás tengas que dar algún tipo de garantía o aportar testimonios y otros casos en los que la cosa haya funcionado así.
Pero bueno, para el que quiera seguir cobrando por palabra, vamos a mojarnos y dar datos más concretos.
Si generalmente cobras 5 céntimos por palabra, podrías probar cobrando 8 por este tipo de traducción. Si generalmente cobras 8, puedes probar con 10. Si ya cobras más de 10, seguramente puedas seguir con la tarifa que tenías, aunque también puedes añadirle 2 o 3 céntimos más.
Por supuesto, todo esto son ejemplos de tarifas; ya dependerá de cómo fijes tus precios. La clave es simplemente cobrar algo más por un servicio añadido.
Eso sí, si realmente quieres hacer dinero, no pidas que te paguen directamente por la traducción. Conviértete en socio y empieza a hacerte con ingresos pasivos (en el artículo te cuento mi experiencia con este tipo de ingresos).
Cómo ofrecer una colaboración como traductor
Para empezar una colaboración, primero tienes que dar con un negocio que realmente te guste. Pueden ser cursos, pueden ser ropas, pueden ser servicios… lo que sea.
Luego vas y ofreces una colaboración: «Hola, soy un gran fan de… Lo conocí/lo conozco desde… He pensado que quizás podríamos colaborar. Qué te parecería si… Yo me encargaría de hacer… y a cambio recibiría luego un porcentaje de los beneficios…»
Si la oferta que le has hecho está bien (yo pediría un 50% de los beneficios, pero depende un poco del caso), sin duda te van a responder y, a partir de ahí, empezarás a negociarlo.
Ejemplos concretos de colaboración
Hace unos meses me crucé con una web que me cautivó. Se trataba de una web en alemán llamada Staatenlos (sin Estado) en la que un chico relativamente joven hablaba de cómo puedes vivir tu vida sin estar sujeto a lo que el Estado en el que has nacido decide para ti. De alguna manera, daba opciones a todos aquellos que nos quejamos e indignamos por lo que ocurre en nuestros países de origen.
Me puse en contacto con él y, después de intercambiar unos cuentos correos, le hice la gran propuesta: traducir su web y participar en los beneficios que surgieran. Aquí tienes el resultado de todo esto: Librestado.
Pero por supuesto, también hay opciones que todavía están abiertas.
Otra posible colaboración
Como algunos sabréis, Pablo lleva con Rafael Traduversia, donde ofrecen cursos online para traductores. No lo he hablado con ellos y no sé si algo así podría interesarles, pero sería el tipo de socio perfecto.
Si tu idioma materno es el ruso, polaco, inglés o el que sea y has hecho un estudio previo del mercado (¿existe necesidad?, ¿está cubierta?, ¿cómo podría ser el precio?…), podrías ofrecerles traducir su web y algún curso. Yo, por ejemplo, empezaría por el gratuito y otro que sea más o menos corto y para el que pueda haber mucha demanda.
(Ya os digo que no lo he hablado con ellos, quizás este es buen momento para que Pablo meta aquí un pequeño comentario y diga directamente si están abiertos a algo así…).
Esto es algo que Rafa y yo hemos pensado para un futuro, si bien es algo complicado al tener cursos en vídeo que de algún modo tienen un estilo personal. Pero siempre hay maneras de «exportar» el contenido. 🙂
¿Otro ejemplo?
Pues la web de Benny, fluentin3months.com. Hay montones de personas que quieren aprender idiomas, y este blog te muestra el camino para aprenderlos en tres meses. ¿No es un buen modelo de negocio?
Tampoco en este caso he hablado con Benny, así que no sé si le interesa esta colaboración, pero quien no arriesga, tampoco tiene nada que ganar.
Y otro más
Backlinko. Este es un proyecto que durante un tiempo he estado pensando hacer, pero que por cuestiones de falta de tiempo no ha podido ser (de hecho, si no se lo pide nadie, quizás lo haga yo en un futuro).
Brian Dean es un fiera del SEO que ha creado un curso que vende por casi mil euros en inglés, yo lo he hecho y es muy bueno. Además, he estado en contacto en varias ocasiones con Brian (le pregunté en una ocasión si podía traducir uno de sus artículos y publicarlo en mi blog) y siempre ha estado muy abierto al tema de la traducción.
Para poder realizar este proyecto tendrás que saber mucho de SEO (como es mi caso ;-)). Pero que no te quepa duda: puedes hacer muuucho dinero con ello.
Bueno, esto ha sido todo por hoy. Si te decides a arrancar alguna colaboración y quieres que te dé alguna información más, puedes contactarme a través de LinkedIn.
Ah, si la cosa te va bien, no olvides invitarme algún día a algo.
Ahora, para que no digas que no te trato bien, te dejo con enlaces a algunos artículos que he escrito y pueden resultarte útiles:
- Manual del traductor autónomo (pues eso, un manual para gente que quiere trabajar como traductor autónomo)
- Curso trabajar en libertad (este es un curso gratuito para gente que quiere trabajar sin ataduras, pensado sobre todo para familias y gente viajera)
- Mi experiencia con los ingresos pasivos (aquí hablo sobre cómo funcionan los ingresos pasivos, cómo los he generado yo y cómo podrías hacerlo tú)
- Cómo fijar tus precios (se trata de una guía práctica que te explica de forma simple cómo elegir tu precio y habla también sobre cómo aplicar descuentos y ofertas correctamente)
Si te ha gustado lo que has leído y quieres seguirme, puedes hacerlo en mis blogs:
- Librestado: Contenidos para personas que ya no creen en conceptos como nacionalismo y patria y ven los Estados como lo que son, enormes compañías que nos ofrecen sus servicios.
- Irabela’s: Contenidos para familias que quieren vivir, trabajar y aprender en libertad. Aquí contamos nuestra experiencia personal y la de otras personas con las que nos vamos cruzando.
- Mondo Agit: Contenidos para emprendedores y empresarios que quieren expandir su negocio a otros mercados o quieren crecer mediante un marketing de contenidos. También suele haber contenidos interesantes para traductores.
¡Un saludo!
¡Qué pasada de artículo has compartido, Pablo! Bien cierto es que con el tiempo el márketing de interrupción que comenta Adrián ha ido quedando atrás. De hecho, no sé si los usuarios coincidirán conmigo, pero creo que como cliente potencial de un servicio valoraré aquella compañía que sepa cómo venderme su producto antes que aquella cuya única estrategia de márketing consista en hacer spam de sus maravillosos productos. Y, cómo no, los traductores (del mismo modo que las empresas) debemos evolucionar y empaparnos de estas nuevas “tendencias”, porque, quién sabe, también pueden ayudarnos a vendernos en el mercado. Mis felicitaciones al autor del artículo, pues me ha parecido realmente útil. 🙂
¡Muchas gracias por tu comentario, Claudia!
Totalmente de acuerdo: aunque el marketing a puerta fría sigue funcionado de alguna manera porque la insistencia y el desconocimiento de algunas personas siempre se pueden explotar, creo que alguien con menos recursos invertirá mucho mejor su tiempo siguiendo las pautas del buen marketing digital si quiere llevarse su trozo del pastel.
Me alegro de que el artículo haya aportado valor de verdad. 😉
Un saludo,
Pablo
Hola, Claudia, gracias por tus palabras. Siempre es bonito ver que lo que has escrito ayuda a gente.
Un saludo (y de nuevo, gracias a Pablo por abrirme las puertas de su blog),
Adrián