En este vídeo te explico con tres ejemplos por qué el orden de los factores sí que importa en una traducción.
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Pablo Muñoz Sánchez
English > Spanish Game Translator
Soy traductor inglés > español con más de 15 años de experiencia especializado en localización de videojuegos y software. He traducido juegos como Metroid y Fire Emblem y ahora trabajo, entre otras cosas, como especialista en control de calidad para Google a través de Vistatec. También soy cofundador de Traduversia, una plataforma de cursos online para traductores. Más sobre mí | Mis cursos online | Mi libro de localización | Mi web
¡Hola, Pablo!
Muy interesante este video, que invita a reflexionar sobre la necesidad de atender a la intención comunicativa del texto original amén de a la corrección gramatical, aspecto aquél que por tan obvio a menudo se pasa por alto y sobre el cual, por lo tanto, siempre es bueno insistir.
En cuanto al segundo ejemplo, más que de una diferencia de apreciación sobre la intención comunicativa del texto y la decisión consectaria sobre en qué hará foco la traducción, creo que se trata de una inversión gramaticalmente poco aconsejable, en la medida que subvierte la subordinación, estándar en los textos de ayuda, de los pasos al fin perseguido. Para Android la guía de diseño de Google prescribe incluir primero qué hacer (p. ej. «Desliza hacia la derecha») y luego aquello que resultará («para eliminar»), pero en el caso de celulares y tabletas se justifica porque a menudo esas indicaciones aparecen cuando el usuario ya tiene puesto el dedo sobre el elemento y empezó a moverlo y, en función del tamaño de la pantalla, se corre el riesgo de que si se pone primero la acción perseguida luego el texto del gesto que debe hacerse se trunque o aparezca tapado por el dedo del usuario.
Sobre el primer ejemplo, coincido totalmente con tus apreciaciones.
El tercero, en cambio, creo que es más debatible. Si bien es cierto que la traducción se enfoca en el euro, a veces como estrategia publicitaria eso puede ser deseable para el proveedor, con base en que hay estudios sólidos desde la economía del comportamiento y las neurociencias de que los seres humanos somos impulsivos y luego tendemos a buscar cualquier argumento para justificar malas decisiones. Quizá el proveedor pudo haber evaluado que si ponía primero «Consigue el primer mes de suscripción» era más probable que más usuarios pensaran «Sí, todo bien, pero es el primer mes y después me van a abrochar» y, en cambio, poniendo primero lo del euro los usuarios se quedaran con eso, similar al truco de los ~9,99 €. Todo esto lo digo pensando en la utilidad del mensaje desde el punto de vista del proveedor, sin entrar a debatir cuán (poco) ética resulta una u otra manera de hacer la publicidad o cuál se conforma mejor a los límites finos del marco regulatorio de la publicidad abusiva que rige en el país o zona económica de destino.
¡Un saludo y enhorabuena por volver a publicar!
¡Gracias por comentar como siempre, Fernando! Me alegro de que te haya gustado la reflexión. 🙂