Origen: 5 consejos para tener la actitud de un traductor profesional
«Se contrata por aptitud y se despide por actitud», se comenta muchas veces en congresos de traducción. Y es que, por muchas ganas que tengas de comerte el mundo cuando acabas la carrera, hay una serie de cosas que tienes que tener en cuenta si quieres progresar en tu carrera profesional.
Aunque dicen que está feo dar consejos cuando no se piden, he aquí 5 recomendaciones que me han ayudado a superar mis problemas a lo largo de mis años de experiencia como traductor. Espero que al menos te sirva alguno. 😉
Índice de contenido
1. Trata de generar confianza desde el primer momento
Un error frecuente es no transmitirle nuestra profesionalidad a un cliente desde el primer momento. Por ejemplo, si te piden un presupuesto, no te limites a dar tu tarifa y ya está: crea un presupuesto atractivo visualmente y que desglose todos los detalles dependiendo de la complejidad del proyecto. Del mismo modo, si respondes a una oferta de trabajo de traductor en plantilla, no digas simplemente «Hola, soy traductor de X. Ahí va mi CV»: las cartas (correos) de presentación siguen siendo vigentes, si bien te recomiendo que no te enrolles demasiado.
2. Ayuda a tu cliente en vez de quejarte de él
Cuando te quejas en una red social de lo chapuceros que son algunos de tus clientes, no estás haciéndote ningún favor. En primer lugar, corres el riesgo de que alguien de la empresa se entere y, en segundo lugar, la crítica debería enviarse a quien corresponda y de forma constructiva.
¿Que pagan mal? Explícales qué les puedes aportar tú (y ya está muy visto eso de «la máxima calidad») o no trabajes para ellos. ¿Que tienen procesos algo engorrosos? Intenta hacerles sugerencias si lo ves conveniente. Yo lo he hecho con varias empresas que estaban empezando (la típica start-up) y se sorprendieron gratamente de mis recomendaciones, pues no sabían bien del todo cómo funcionaba el proceso de localización.
No siempre va a funcionar, pero yo creo que merece la pena. Así que emplea el tiempo que pasas quejándote en ayudar a mejorar y no a destruir.
3. Reacciona lo antes posible ante los errores
Da igual si tienes 0, 1 o 10 años de experiencia profesional: los errores se cometen y nunca dejarás de cometerlos. Sin embargo, tu actitud ante ellos es lo que marcará la diferencia entre salir airoso de la tormenta o zozobrar totalmente. Como ya dije en Algo más que traducir, si las ha cagado… ¡reconócelo!
¿Sabes que puse una errata en un correo que se iba a enviar a millones de personas? Cuando me di cuenta, «solo» lo habían recibido unos cuantos cientos de miles de personas. En el momento sentí pánico (por suerte no era un fallo grave), pero me armé de valor y se lo comuniqué al cliente sin echarle la culpa a nadie más que a mí (lo pongo en grande: NO TE INVENTES EXCUSAS). Resultado: el resto de remitentes recibió el correo sin la errata y yo sigo trabajando para ese cliente.
Este tercer punto está relacionado con el primero (generar confianza): aunque está claro que lo hice mal, creo que reaccionar a tiempo, ser sincero y haber hecho antes las cosas bien fueron hechos bien considerados por mi cliente.
4. Aprende a (y de) trabajar en equipo
Dicen que la profesión del traductor suele ser muy solitaria, pero incluso aunque trabajes como autónomo desde casa, inevitablemente tendrás que trabajar con otros profesionales en proyectos grandes. Y ojo, no siempre será con otros traductores, sino que puede haber programadores o maquetadores.
Yo, aunque al principio prefería hacer las cosas individualmente para organizarme mejor, con el tiempo me di cuenta de que así no llegaría a ningún lado. Es más, nunca imaginé lo que podía aprender de otros compañeros: incluso los conflictos fueron oportunidades con el tiempo para saber cómo se deberían hacer ciertas cosas.
Trabajar no es solo «producir», sino también generar relaciones sociales. Así que seas tímido, te lleves mal con algunos compañeros o prefieras hacer las cosas solo, intenta darle la vuelta a la tortilla y haz lo posible para que el proyecto, que es lo que importa, salga bien. Y tanto si te ha ido bien como mal con el equipo, siempre habrá un aprendizaje.
5. Supera las expectativas de los demás
Esto obviamente no siempre se puede hacer, pero de vez en cuando hay una manera de impresionar a un cliente. Por ejemplo, en el caso de clientes directos, puedes elaborar un breve glosario sobre el producto que les has traducido por si le sirve al equipo de marketing, pues a veces el contenido se escribe desde cero y la gente de marketing también dedica tiempo a documentarse.
En el caso de las agencias es algo más difícil, pero por dar un consejo general, una buena forma de saber que es un placer trabajar contigo es contestar a los correos sobre disponibilidad o dudas lo antes posible. No me refiero a contestar al momento los típicos correos en masa, sino a demostrar el compromiso que tienes con tus clientes actuales o futuros. Yo es lo que hago y creo que les transmito bastante tranquilidad, sobre todo porque suelo trabajar con agencias con un huso horario diferente al de España y cualquier retraso les puede suponer trasnochar.
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¿Te gustaría tener la experiencia de un traductor profesional?
Llevo traduciendo y haciendo todo tipo de tareas relacionadas con la traducción y la localización desde 2007, y gran parte de mis experiencias las he compartido en mi blog Algo más que traducir.
Pero como sé que a veces uno siempre se queda con ganas de más, he creado un curso llamado Evoluciona de traductor novato a traductor profesional, donde explico paso a paso todo lo que tienes que hacer y tener en cuenta para progresar más rápido en tu carrera como traductor profesional. En el curso trato temas como la diversificación de servicios, cómo añadir valor, varios ejemplos de qué hacer cuando cometes un error, etc.
Por supuesto, aunque he intentado que los contenidos sean lo mejor posible, creo que el mayor atractivo es el foro, donde podrás preguntarme tus dudas y compartir tus inquietudes con los demás.
A mí me habría encantado que me dijeran todas esas cosas en la carrera, así que si también es tu caso… ¡te veo por el curso! 😉
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