Algo más que traducir
Blog sobre traducción profesional, localización de videojuegos, software, aplicaciones móviles, sitios web y tecnologías de la traducción por Pablo MuñozTraductor inglés-español especializado en localización

Si estás hasta el cuello de trabajo… ¡pásalo!

Hasta el cuello de trabajoSi creíais que estaba muerto, tengo buenas noticias (¡o no!), y es que en realidad estoy más vivo que nunca y por eso no he publicado desde antes del verano. No pensaba que iba a tener tanto trabajo tras la pausa veraniega, y la verdad es que me siento muy afortunado de los proyectos que estoy sacando adelante ahora mismo, pues jamás habría imaginado que estaría traduciendo dos juegazos desde casa aparte de tener otros proyectos más que interesantes por otros lados. 🙂 Creedme que tengo un montón de temas sobre los que escribir, pero no he encontrado el tiempo (ni la voluntad) que necesitaba para ponerme a ello con tantas cosas a mis espaldas.

Pero pasando ya a algo más interesante para vosotros y menos narcisista, mi experiencia estos meses me ha permitido valorar que, por mucho que creamos que nunca nos va a pasar cuando empezamos, llega un momento en la vida de un autónomo donde nos vemos auténticamente desbordados de trabajo y no podemos con todo. No me refiero ya a picos de trabajo en los que nos toca trabajar algún fin de semana o echar algunas horas más de la cuenta al día, sino a picos que nunca descienden y que cada vez son más altos. Lo más normal es agradecer este continuo flujo de trabajo y matarnos a trabajar, porque más palabras traducidas = a más dinero, lo cual nunca nos viene mal, ¿verdad?

Sin embargo… ¿y si resulta que estás ganando mucho pero no tienes vida? ¿Y si resulta que llevas levantándote diez días seguidos a las ocho de la mañana muy cansado por no dormir lo suficiente porque no paras de trabajar? ¿Y si te das cuentas de que todos tus amigos están de cervezas y tú estás solo en casa dándole a la tecla sin parar? Pues entonces resulta que, a cambio de dinero, estás renunciando a muchas cosas que te hacen feliz. Tuvo que ocurrir que hiciera un viaje a Bilbao con mis amigos Metaveros, del que tenía muchas ganas, y no poder aprovecharlo al máximo debido al cansancio acumulado de haber trabajado diez horas como mínimo durante diez días seguidos, incluido el fin de semana. Fue entonces cuando decidí que era momento de hacer algo muy recomendable que había oído pero que nunca había puesto en práctica: pasar trabajo a otra persona.

Así pues, tras esa agridulce experiencia, me fijé como objetivo renunciar a trabajos si ya estaba al completo y pedir ayuda para pasarlo a otros compañeros. Nada más llegar de Bilbao me llegó una oferta para traducir un videojuego para móviles de 4500 palabras y entonces fue cuando lo vi claro: era el momento de buscarme un aliado.

Rodéate de gente inteligente (más que tú, incluso) y alíate

Mi primera opción es siempre Elizabeth Sánchez León, de El taller del traductor, ya que tengo una gran amistad con ella y hemos trabajado juntos para otros proyectos. Sin embargo, ella estaba ocupada con otras cosas y no tenía demasiado tiempo para colaborar en este proyecto, y fue entonces cuando decidí poner en práctica algo a lo que le había dado vueltas desde hacía un tiempo: ¿por qué no darle una oportunidad a una joven promesa en lugar de recurrir a alguien con experiencia pero que ya sé que tiene mucho trabajo?

Así pues, ni corto ni perezoso, le escribí a Álvaro García, del desgraciadamente extinto blog [Sé lo que] traducistes, y le propuse participar en un proyecto de localización de videojuegos. En persona apenas nos conocimos en el congreso de videojuegos de la UAB de diciembre de 2010 y no es que hablemos mucho por Twitter o Facebook, pero las palabras y sabiduría que plasma en su blog me impulsaban a darle un voto de confianza. Esa misma confianza que Begoña Martínez depositó en mí cuando tenía 22 años para recomendarme para el Servicio de Traducción Universitario de la Universidad de Granada. Porque para que alguien os dé vuestro primer trabajo, alguien tiene que confiar en ti.

No hablaré ahora de su gran actitud y profesionalidad porque tengo mucho (y bueno) que decir sobre él y sería extenderse demasiado, pero no os preocupéis, que espero poder contároslo la semana que viene. No me refiero a escribir bondades sobre una persona en concreto, sino para que veáis qué podéis hacer vosotros ante un primer encargo, porque os puedo asegurar que, si tuviera que hacer una lista de comprobación de “cosas que le gustan a un cliente o gestor de proyecto”, él las cumple todas e incluso añade nuevas no previstas.

El placer de salir con los amigos mientras tu traducción se hace por otro lado

Llegamos al meollo del asunto, y es que poder darle esta traducción a Álvaro me permitió hacer mi trabajo mejor y también tener vida de la buena (quien me conoce ya sabe que me gusta divertirme) sin preocuparme tanto del trabajo. Y así fue: ahí estaba yo, un miércoles cualquiera, pasando un buen rato con mis compañeros de piso en una cervecería de al lado de mi casa con la tranquilidad de que aquella traducción de 4500 palabras se estaba haciendo “sola”.

Esto puede sonar a esclavitud, así que para que quede claro, el cliente me pagaba a 0,09 $ la palabra (era una agencia) y acordé con Álvaro que yo le pagaba a él 0,07 $ y yo me quedaba con 0,02 $ por gestionar y hacer una revisión rápida. Tenía la certeza de que apenas tendría que revisar y así fue, así que todos contentos. 🙂 Me diréis que es una miseria, pero la alternativa era perder una oportunidad muy chula para los dos donde ganábamos los dos. En unas tres horas en total yo me saqué 90 $ y él mucho más, claro. Hay que tener en cuenta que al ser la primera vez me llevó mucho más tiempo, pero hace poco le he pasado otro proyecto y yo he tocado a unos 40 $ la hora. Estamos hablando de que cuento con la habilidad de alguien en quien confío como si fuera yo, así que no es que revise a 0,02 $, sino que en realidad reviso a 0,04 $ (casi unos 0,03 €) en términos de productividad, porque apenas toco nada (de lo contrario, no me merecería la pena). Y hay que recordar que el trabajo me lo pasa una agencia, no un trabajo directo.

Podría matizar mucho más la historia, pero de nuevo, tampoco quiero extenderme demasiado más. Simplemente quería contaros que, aunque ahora algunos soñéis con que el trabajo os sobre por las orejas y ganéis mucho dinero, llega un momento en el que tienes que replantearte qué es lo que quieres de verdad en la vida, y yo tengo claro que mientras tenga unos ahorros y no tenga necesidad imperiosa, prefiero ganar menos y disfrutar de tiempo libre en lugar de matarme a trabajar si me mandan mucho trabajo. Además, no es “no ganar”, sino ganar “no tanto”, porque si buscamos ayuda en otros colaboradores y tenemos tarifas dignas, seguiremos ganando dinero y conservaremos el cliente (evidentemente, tienes que rodearte de buenos colaboradores, porque la responsabilidad final es tuya).

Y a lo mejor mañana de repente ya no tengo proyectos y tengo que trabajar como un loco en lo que salga, pero mientras tanto, me alegraré de haber tenido tiempo para mí. 🙂

Nota: Aunque ya lo he matizado en los comentarios, me gustaría recalcar que claro que respeto la confidencialidad de los proyectos cuando la hay y que informo al cliente en la medida de lo posible. Justo en este caso que comento no había problema. No vayáis a pensar ahora que voy pasando por ahí documento de armas nucleares o que venda algo como mío cuando yo ni lo he mirado. 🙂

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Pablo Muñoz Sánchez

Pablo Muñoz Sánchez

English > Spanish Game Translator
Soy traductor inglés > español con más de 15 años de experiencia especializado en localización de videojuegos y software. He traducido juegos como Metroid y Fire Emblem y ahora trabajo, entre otras cosas, como especialista en control de calidad para Google a través de Vistatec. También soy cofundador de Traduversia, una plataforma de cursos online para traductores. Más sobre mí | Mi libro de localización | Mi Instagram

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Localización y traducción audiovisual: primeros pasos y trucos ninja

28 comentarios

  1. Si es que tener vida es muy importante. El problema de lo de pasar trabajos es que cuando trabajas para agencias, la mayoría de las veces te hacen firmar contratos de confidencialidad en los que te comprometes a no pasar el trabajo a terceros. A lo que me podéis decir que no tienen por qué enterarse, pero nunca se sabe y te puedes arriesgar a perder a un cliente importante como salga a la luz el tema, ya sabes uno se lo cuenta a otro, que se lo cuenta a otro que acaba siendo amigo del que te mandó el trabajo original.
    Muchas veces que he estado hasta arriba se ha ofrecido gente a ayudarme y me siento fatal cada vez que digo que no a pasar trabajo a compañeros pero es que no me gusta jugármela (llamadme cobarde). A ver, si fuera un cliente directo, sin problema, pero no con agencias, más que nada porque tampoco les dejas un marronazo, ya que tienen a más personas para hacerla.

    Eso sí, cuando te sobre el curro, ya sabes :-p

    • Hola, Judit:

      Estoy de acuerdo y en la medida de lo posible les digo a mis clientes que la fecha de entrega es ajustado y que quizás necesite ayuda de otro traductor y que yo revisaré la traducción, pero bueno, no sé, entiendo que aunque no le haga firmar un NDA al colaborador, doy por sentado que no va a contar nada, porque por eso confío en él. No sé, la situación que comentas puede pasar, pero tampoco creo que sea tan probable y a menos que trates con textos muy confidenciales, tampoco sería muy grave. De algún modo, el cliente lo que quiere es estar contento, y las agencias son las primeras que externalizan cosas que les ha llegado a través de un NDA.

      Ahora mismo le acabo de pedir ayuda de nuevo a Álvaro porque seguimos ganando los dos: la alternativa es rechazar algo muy chulo y prefiero cobrar 600 € y estar más o menos “libre” que 800 € y estar estresado o bien decir que no a algo tan chulo. Al menos yo lo veo así. 🙂 Otra cosa es cuando el proyecto no me interesa o no está bien pagado, claro, pero mientras no sea así, prefiero pasarle el trabajo a un colaborador. Evidentemente, hay que saber con quién trabajas. 🙂

      Saluditos,

      Pablo

  2. Qué suerte Pabloooo jaja. Pero eso ya se sabe contigo. Era de esperar que este momento te llegara, y quién sabe cómo derivarás eso en el futuro. Igual acabas con tu propia agencia jaja. Leer tu entrada y la de Álvaro me ha animado a escribir una para el mío. Estar ausente ya me estaba empezando a perjudicar, no puede ser. Hay que estar ahí y que la gente te vea y te tome en cuenta. ¡¡Nos vemos en Noviembre!!

    • Je, je, ¡gracias, Verónica! 🙂

      Eso me comentó una amiga, que este un primer paso para mi agencia, ja, ja. De momento estoy bien como estoy, pero vaya, tampoco me importaría montar una empresa en el futuro. 😛

      Ánimo con la entrada, yo hasta el martes que viene por lo menos no me puedo poner porque estoy enmarronado ya y el lunes que viene empiezo las clases del máster. 😛

      ¡Nos vemos prontito! 🙂

  3. Miguel Armentia dice:

    Te doy toda la razón. Hay que vivir la vida y cuidar la salud, aunque tampoco pasa nada por decir “no” a una agencia. Creo que es una de las cosas que más cuesta aprender, pero que más beneficios nos reporta. A veces parece que tenemos miedo inconsciente a que pasen todo el trabajo que te suelen dar a otra persona, que será más profesional, más eficiente y más guapa.

    A mí me parece que dar el salto a contratar a otras personas es muy complicado, sobre todo cuando es tu reputación la que está en juego. Pero está claro que es una puerta que nunca hay que cerrarse.

    Saludos y enhorabuena por el blog. Lo he leído en varias ocasiones pero nunca había comentado nada.

    • ¡Hola, Miguel! Gracias por pasarte y comentar en el blog. 🙂

      Por supuesto que una cosa importante es saber decir que no, pero para ello tienes que tener en cuenta ciertas variables. En este caso, el proyecto era chulo y que una agencia pague a 0,09 $ creo que no está mal, así que quería mantener el cliente.

      También influye las ganas que tengas del proyecto. Por ejemplo, me acaban de dar luz verde a 12.000 palabras para el miércoles por las mañana de un juegazo y yo no puedo hacer tanto porque ya tengo lío, pero sí que puedo hacer 7000 y QUIERO hacer este proyecto, así que he buscado ayuda para hacer yo mi parte y luego revisar la otra para que sí me cuadre el tiempo. Otra cosa distinta es pasar el trabajo y despreocuparte, claro. En este caso, prefiero recurrir a estrategia antes que dejar pasar una gran oportunidad. A veces creemos que somos imprescindibles, pero la unión hace la fuerza si te sabes rodear de gente capaz.

      Un saludo,

      Pablo

      • Miguel Armentia dice:

        Claro, además buscando ayuda para parte del trabajo puedes detectar buenos colaboradores y ver cómo trabajan, por si necesitas su ayuda otras veces. Es muy importante tener una buena sintonía con las personas a las que solicitas colaboraciones puntuales. Como dice Verónica, así comienzan muchas pequeñas agencias de traducción.

        ¡Buen día!

        • Exacto, eso es lo que quería saber, si puedo contar con gente en caso de necesitarlo. Por eso quería pasárselo a Álvaro, porque veo que trabaja muy bien y siempre contesta rápido a todo. 🙂

          Un saludo,

          Pablo

  4. Pues justo eso iba a preguntar yo: ¿hasta qué punto es posible darle trabajo a un tercero? ¿Hay que informar a la agencia o al revisarlo ya cuenta como que lo has hecho tú? Lo de la confidencialidad también… Aunque supongo que, como en todo, depende mucho del caso, ¿no?

    De todas formas, estoy totalmente de acuerdo contigo con que vale la pena soltar trabajo y vivir un poquito más, aunque en mi caso todavía lo veo un poco lejos… Pero me alegra ver que se lo diste a un “novato” 😀

    • Es una muy buena pregunta: en la medida de lo posible, hay que informar a la agencia (como acabo de hacer con el proyecto que me acaba de llegar), y luego en principio contaría como que lo he hecho yo para bien o para mal.

      Yo creo que depende del caso, y bueno, por ejemplo, en el otro proyecto ni siquiera tenía NDA y por eso tampoco vi que fuera _tan_ importante decírselo al otro cliente. No quiero que parezca que ahora no hago yo nada, ni mucho menos, pero creo que mientras no haya contratos de confidencialidad de por medio, es como si le pido a alguien que me revise la traducción. Al fin y al cabo, ¿no es eso lo que se le recomienda a los traductores noveles? Evidentemente, dependerá mucho del caso nuevamente. Por ejemplo, si el juego está publicado, no creo que haya ningún inconveniente.

      Saludos,

      Pablo

  5. Qué alegría leer esto. Por ti y tu salud mental y corporal, por Álvaro, que se lo merece más que nadie, y por el mensaje que das a otras personas. Señores, apadrinen traductores noveles: lo que falta en rapidez sobra en ganas y detallismo. Y a veces, con suerte, no falta de nada.

    ¡Un saludo, Pablo, me alegro mucho por los dos!

  6. Enhorabuena Pablo por tres motivos:

    1. Por contar este tipo de cosas en una entrada de tu blog. Te humanizan mucho más 🙂

    2. Por tener mucho trabajo que eso siempre es buena señal y una gran motivación para el resto. 😉

    3. Por confiar en un traductor que a pesar de no ir sobrado de experiencia, rebosa voluntad y entusiasmo. Se puede llamar golpe de suerte, padrinazgo o como se quiera, pero si no hay talento estas oportunidades no llegan. Bien por Álvaro 😀

    • ¡Muchas gracias, Rai!

      No sé, sé que es un tema peliagudo y que en el fondo mucha gente hace, así que por eso me animé a escribir sobre el tema. 🙂 Me alegro de que te haya gustado… e intentaré seguir siendo humano en el resto de entradas, ja, ja, ja.

      Saluditos,

      Pablo

  7. Hola Pablo, gran entrada. Claro que sí, hay que compartir dentro lo que se pueda. En nuestro rubro, tenemos la suerte de poder pasar proyectos a colegas, y revisar luego.
    Para algunos otros autonomos como arquitectas, parece imposible hacerlo.

  8. Pablo Bouvier dice:

    Seré breve: no debemos confundir «nivel de vida» con «estilo de vida», así que estoy de acuerdo con Pablo. De no ser así, entramos en lo que Robert Kiyosaki denomina «la carrera de las ratas…» 🙂

  9. ¡Hola, tocayo!

    A ver cuando saco tiempo y termino otros libros que tengo ya empezados, pero precisamente tengo unas ganas enormes de leerme el “Padre rico, padre pobre” de Kiyosaki, que me lo han recomendando por todos lados. 🙂

    ¡Muchas gracias por pasarte por aquí!

    Pablo

  10. Eso es demasiado importante, tengo demasiado trabajo y no tengo tiempo, por eso paso para algunas personas!

  11. Hola Pablo,

    Precisamente este fin de semana he estado en una conferencia en Barcelona organizada por MET en la que se habló de lo fructífero que puede llegar a ser para los traductores autónomos la colaboración habitual con otros traductores en los que, como bien comentas, tengamos confianza y nos una una cierta amistad, así como campos de acción iguales o similares.

    También se habló de algo muy parecido a lo que has hecho, dando la oportunidad a alguien con poca experincia: el “mentoring”. En este caso, la ponente recomendó que se fijara un marco temporal antes de iniciar la colaboración. La idea es pasar ciertos proyectos al “mentee” y luego revisarlos uno mismo para dejarlos al gusto del cliente que ya nos conoce, pero siempre informando al cliente al respecto (lo que incluso puede suponer una aumento en la tarifa porque en el fondo estamos ofreciendo traducción y revisión de dos profesionales independientes) y elaborando un feedback exhaustivo para el “mentee”.

    De esta manera no solo estamos iniciando en la práctica profesional a un traductor que creemos que se merece una oportunidad, sino que también este puede aprender de los consejos de alguien con más experiencia y además, el “mentor” puede aceptar más trabajo de un cliente al que de primeras habría tenido que decir que no.

    http://www.metmeetings.org/index.php?page=metm11_presentation_peer_revision

    Saludos y a ver si te pasas por el calco que hace mucho que no te vemos 😉

    • Hola, José:

      Vaya, ¡qué comentario tan interesante! ¡Estoy totalmente de acuerdo!

      Supongo que, sin quererlo, estoy haciendo de “mentor” de Álvaro, porque por un lado le hago ver la realidad profesional y, por otro, no me limito a revisar/corregir y ya está, sino que, en la medida de la posible, elaboro una lista de cosas que se podrían mejorar y, sobre todo, por qué (quitando las cosas de estilo, claro).

      Ahora estamos trabajando en un proyecto conjuntamente y yo creo que, claramente, la unión hace la fuerza, porque no solo él me pregunta algunas dudas, sino que yo también le pido consejos sobre algunas cosas, así que hay una sensación de equipo. Y vaya, para qué engañarme: ¡me encanta! Eso hace que disfrute aún más de la colaboración. 🙂

      El calco lo tengo en Google Reader, descuida, aunque no niego que puede que me haya perdido algo en las pasadas semanas de estrés (que ya no lo son tanto gracias a las colaboraciones :P).

      Un saludito y hasta otra,

      Pablo

  12. Bueno, pues eres el primero en mi ruta de ponerme al día en la blogosfera traductoril. A ver si este finde consigo leerme (y comentar) lo que tengo pendiente, 45 entradas nada menos.

    Llevo unos meses intentando ganarme la vida como autónomo. De momento, no he dado la campanada. Será que tengo que “hacer un Curri” e insistir hasta que vean que estoy aquí. El caso es que gracias a esto de pasar el trabajo que te sobra todavía no he tirado la toalla: amigos, colegas y conocidos están pagando mi respiración asistida. Estoy muy agradecido, sinceramente.

    Lo malo es que estar muy alejado del cliente final te impide montarte un portafolio chulo como el que tienes en tu web, Pablo, ya sea porque trabajas en una agencia o porque estás subcontratado y se supone que tú no has hecho el trabajo. Hay que conseguir clientes directos (o semidirectos) que te den visibilidad como imagen de marca, pero eso es difícil.

    Hace unas semanas leí que al Patent Translator no le hace ninguna gracia tener que subcontratar demasiado y convertirse en agencia. No por la responsabilidad, sino por el sentimiento de culpa del intermediario al que pueden acusarle de explotar a terceros. Opino que siempre que aportes un servicio necesario (revisión, gestión de calidad…) y no te lleves demasiado porcentaje de comisión, no hay de qué avergonzarse. O sea, que bien por ti y bien por Álvaro 🙂

    ¡Que te diviertas en Barna mañana!

    • ¡Hola, Jordi!

      Qué pena que no pudieras asistir a lo de APTIC, porque la verdad es que estuvo genial, genial, genial. ¡Espero verte allí la próxima vez! 😀

      Hace ya que escuché lo de que los compañeros de profesión serían de tus “clientes” más importantes en algún momento, y ya no solo porque te pasen trabajo directo, sino porque también te pueden recomendar para otras ofertas que les pasan. Sinceramente, me alegro un montón de haberme mojado un poco y haber arriesgado, ya que lo volvería a hacer con otra persona que no fuera Álvaro. A ver si resulta que un día te llega un correo mío… 😛

      En mi caso puedo sentirme afortunado de los proyectos que puedo poner en mi web, ya que trabajar en Nintendo durante dos años fue la clave. Desde luego, si te sale una oportunidad como esta y no tienes muchos compromisos, no hay nada como aprovechar esta posibilidad.

      Muchas gracias por la entrada de Patent Translator, no la había leído y me he visto totalmente reflejado (evidentemente, yo solo he hecho lo de ser de agencia un par de veces). Por eso también he puesto las cifras, ya que siempre trato de ser transparente. Y ya ves, al final me sale rentable y todo, porque seguro que hubiera ganado menos en términos de precio/hora/calidad. 🙂

      Un saludo;

      Pablo

  13. ¡Me alegro mucho por ti, Pablo! Lo cierto es que para un traductor que está dando sus primeros pasos como yo, es muy inspirador leer algo así. Te felicito tanto a ti como a Álvaro; a juzgar por nuestros breves intercambios en Twitter, estoy seguro de que eres un gran mentor.

    Con respecto a esa sensación de «vale, lo gano bien, pero ¿para qué, si no tengo vida?», la he sufrido en mis carnes. Me paso con mi primera novela ya que la compaginé con un máster. Puedes imaginarte ya que nadie me libraba de estar todo el día pegado a la silla, fines de semana incluídos. A veces se tienen sentimientos enfrentados como los que comentas, porque claro, haces lo que te apasiona, pero te gustaría VIVIR (perdón por las mayúsculas).

    De nuevo, me alegro de que te encuentres en un momento tan próspero de tu vida.

    Un saludo,

    Sergio

    • ¡Gracias, Sergio!

      Esto lo escribí hace ya tiempo, aunque fíjate qué casualidad, ahora mismo llevo ya cuatro semanas realmente infernales en las que no he tenido tiempo para nada al tener que trabajar 11 horas todos los días. Por fin parece que este viernes ya se acaba todo el ajetreo extra y podré disfrutar de más libertad. Eso de no levantar el culo en todo el día es lo peor. :S

      La verdad es que echo en falta a Álvaro, cuesta delegar cosas que te confían a ti. Pero bueno, todo se andará…. 🙂

  14. Ah, cierto, pero es que hace poco (cosa de un mes, quizá)publicaste en Twitter que ibas a estar hasta los topes y ni me fijé :d. Y como coincidió que hacía tiempo que no publicabas nada… Bueno, que los planetas y planetoides se alinearon, vaya.

    Y sí, no levantarse de la silla es lo peor. Durante ese tiempo me obligué a hacer ejercicios de movilidad para no lesionarme… Disfruta del fin de semana :).

    Un saludo,

    Sergio

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