Algo más que traducir
Blog sobre traducción profesional, localización de videojuegos, software, aplicaciones móviles, sitios web y tecnologías de la traducción por Pablo MuñozTraductor inglés-español especializado en localización

Pruebas de traducción (I): un buen currículum no lo es todo

TestSi de verdad queremos trabajar como traductores en plantilla o de forma autónoma para una agencia o departamento de traducción de una empresa, ni el mejor currículum nos va a salvar de tener que hacer una prueba de traducción. Así es: por mucho que nos hayamos esforzado en la carrera y tengamos más ganas que nadie de trabajar, el paso previo para que nos den el visto bueno es realizar una traducción que nos van a evaluar. En cierto modo es normal, pues qué mejor carta de presentación que demostrar lo que vales con un ejemplo real.

Ahora que ya he hecho varias pruebas de traducción, la verdad es que hasta le encuentro sentido a los exámenes de traducción aun cuando se opta por una evaluación continua. Da igual la nota de expediente que tengas y que hayas estado dos años en el extranjero: si vales, vales; y si no, pues como en la facultad: inténtalo otra vez, pero en otro lado. Tener que hacer una prueba de traducción es bueno para unos y malo para otros, y es que lo verdaderamente importante de un traductor es su competencia traductora, no su currículum. Una prueba de traducción no va a representar el 100% del criterio de un empleador, ya que el potencial del futuro traductor es muy importante (sobre todo si es recién licenciado y se contrata para prácticas), pero sí que va a tener mucho peso.

Lo que quiero decir con esto es que no por mucho sobresaliente se es buen traductor, ni por mucho aprobado se es mal traductor. La etapa de una persona en la universidad es algo único en la vida, y cada uno tiene sus circunstancias personales. Por ejemplo, conozco a gente que ha preferido salir más que estudiar y, con una nota normalita, son excelentes traductores con apenas experiencia profesional. Por otro lado, gente de matrícula luego no ha obtenido los resultados esperados, lo cual no quiere decir tampoco que sean malos. En otras palabras, la gente que tenga buenas notas seguramente no será mala, pero tampoco serán malos aquellos cuyo expediente académico no sea especialmente brillante.

Por si fuera poco, por mucho que cursemos asignaturas de traducción especializada, hay que saber que, con 22 o 23 años (la media en que uno finaliza sus estudios de Traducción e Interpretación), hay muchas cosas que se escapan a nuestra imaginación. Por ejemplo, a mi me gusta mucho la informática y todo lo relacionado con ella, y os aseguro que me ha tocado lidiar con textos informáticos de los que no tenía ni idea. Por ello, creo que una de las cualidades más importantes que debe tener un traductor es su capacidad para familiarizarse con un texto rápidamente y documentarse eficazmente para las partes problemáticas del mismo. En otras palabras, que hay que estar preparado para cualquier situación nueva que se nos presente y no pensar algo como “si yo sé un puñado de mecánica, seguro que no es muy difícil”. O sea, que estad preparados para traducir algo que desconocéis en una prueba de traducción.

Es lo de siempre: el eterno dilema de si un texto especializado debe traducirlo un experto en la materia sin formación en traducción o un traductor con altos conocimientos lingüísticos y de documentación, algo que analiza estupendamente Andrés López Ciruelos en su artículo El traductor especialista o el arte de descifrar mensajes en clave. Pasar una prueba de traducción de un texto muy técnico puede ser arduo sin una previa experiencia en traducción, pero no imposible. Todo depende del tipo de prueba a la que nos enfrentemos. Pero eso lo veremos otro día.

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Pablo Muñoz Sánchez

Pablo Muñoz Sánchez

English > Spanish Game Translator
Soy traductor inglés > español con más de 15 años de experiencia especializado en localización de videojuegos y software. He traducido juegos como Metroid y Fire Emblem y ahora trabajo, entre otras cosas, como especialista en control de calidad para Google a través de Vistatec. También soy cofundador de Traduversia, una plataforma de cursos online para traductores. Más sobre mí | Mi libro de localización | Mi Instagram

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10 comentarios

  1. Excelente artículo Pablo! Aunque creo que se te ha pasado mencionar un tema que es esencial: cuantas páginas se consideran una “prueba” de verdad. Hay muchas empresas que se aprovechan y que cuelan como “pruebas” documentos de hasta 10 páginas (hace poco leí un caso en Forotraducción). No he hecho ninguna prueba, así que quería preguntarte cuál ha sido la longitud media de las que has hecho.

    Un saludo 🙂

  2. Pablo Muñoz Sánchez dice:

    ¡Gracias, Olli!

    Aunque se han dado algunos casos, lo cierto es que es poco probable que te hagan pruebas muy largas. De hecho, hace tiempo leí un artículo relacionado con este casi “bulo”, al menos fuera de la traducción literaria (Dios mío, lo que tiene que ser un manual con abundante terminología traducido por 20 personas :P). A ver si lo encuentro y lo comento en la próxima entrada.

    En cuanto al máximo número de palabras que he traducido en una prueba, si mal no recuerdo fueron unas 1100, pero divididas en tres tipos de texto. Sabiendo que eran tres tipos diferentes, no lo veo mal.

  3. Elizabeth dice:

    Si las pruebas son para hacer prácticas o para recién licenciados sin experiencia, quizá esté justificado su uso. Pero para traductores autónomos con relativa experiencia, las pruebas no remuneradas (lo son la mayoría) creo que carecen de sentido.

    Sé que la mayoría de empresas españolas (en el extranjero no ocurre con tanta frecuencia) tienen como requisito pasar una prueba para poder entrar a formar parte de su plantilla de colaboradores. Entiendo que se las envíen a traductores recién licenciados o que no tengan experiencia, ¿pero qué sentido tiene enviarlas a alguien con más de 5 años de experiencia, por ejemplo?

    Me canso de ver ofertas en las que se buscan traductores especializados, con X años de experiencia y que estén dispuestos a pasar una prueba no remunerada (no remunerada, casi siempre). Los dos últimos requisitos me parecen excluyentes. Entiendo que haya ciertos casos en los que un potencial cliente pida “una muestra” a la agencia y ésta tenga que buscar lo mejor de lo mejor para ese campo. Pero francamente, estos casos son los que menos abundan en el caso del mercado español.

    Cuando empecé, en cuanto me llegaba una prueba me ponía manos a la obra. A estas alturas, cuando me mandan alguna prueba, la pongo en la carpeta de “pendientes” porque casi nunca tengo tiempo de hacerlas. Si me pasa eso a mí, que tengo 5 años de experiencia, supongo que los traductores que tengan más ni contestarán cuando les escriben pidiéndoles una prueba.

    Para los casos de los traductores con experiencia (y, en realidad, para los de los recién licenciados también), las empresas deberían solicitarles un pequeño encargo remunerado. Muchos dirán que no se puede evaluar únicamente la experiencia que dice tener el traductor en su currículo, ya que el papel aguanta todo lo que se escriba en él. Sí, es verdad. Pero también las pruebas se pueden copiar. O ser enviadas a otro para que las haga. O hacerlas en grupo. ¿Qué sentido tiene entonces?

    Por no mencionar de los plazos de entrega de las supuestas “pruebas” no remuneradas o las pruebas realizadas de las que nunca vuelves a saber nada. O si la recibes, te dicen que no la has superado y no te indican la razón ni te envían comentarios del revisor, ni nada.

    Si es un encargo remunerado, está claro que tiene que tener fecha de entrega, sobre eso no hay discusión. Pero si no es remunerada ya es harina de otro costal. Normalmente las pruebas que he recibido tienen un plazo de una semana. Sin embargo, he notado que algunas empresas de localización envían sus pruebas para entregarlas en apenas unas horas.
    Me ha pasado tres veces con empresas bastante conocidas: te pones de acuerdo con el responsable de los colaboradores externos y te envía la prueba para que la hagas en unas horas. Lo más increíble que me ha pasado fue cuando me pidieron que hiciera 2500 palabras en una hora. Sabían que era prácticamente imposible (yo diría imposible, a no ser que fuesen todo 100% fuzzy matches, que no era el caso), pero eso era lo que les pedía su cliente. Y no hubo manera de que entraran en razón.

  4. **FLOR** dice:

    Hola Pablo!!

    Es la primera vez que comento en tu página, pero no la primera vez que paso por acá…

    Soy de Argentina y estoy estudiando la carrera de Traductorado Público de Inglés, es decir, el traductorado con orientación jurídica…

    Me parece muy interesante tu página y, particularmente, muy cierto lo que decís en este post…todavía no tengo experiencia laboral, es decir, todavía no sé lo que significa trabajar de lo que estoy estudiando, pero espero hacerlo algún día…por eso me parece que está bueno tener en cuenta las experiencias de las personas que ya están en el tema…

    Saludos!!

  5. Pablo Muñoz Sánchez dice:

    Muchas gracias por tus palabras Flor, bienvenida al blog 🙂

    El comentario de Elizabeth me ha parecido muy revelador y me ha hecho reflexionar bastante. Es cierto que no es lo mismo hacer una prueba de traducción no remunerada al principio de tu carrera profesional que a la mitad de ella, donde quizás no es necesario del todo hacer una precisamente por tu experiencia. Mi perspectiva es que acabé la carrera el año pasado y que ahora, vaya a donde me vaya, me hacen pruebas. De todos modos, por ahora no he he hecho pruebas de traducción para agencias de traducción en sí, sino para el departamento de traducción de alguna empresa. Por ello, yo no creo que prueban si somos buenos o malos traductores, sino que simplemente valoran cómo nos enfrentamos a los textos que ellos necesitan traducir.

    Y claro, como comenta Elizabeth, yo tengo tiempo ahora para tirarme una semana con la prueba o incluso para hacer una prueba intensiva de 4 horas. Sin embargo, si me encuentro ya establecido en el sector y el tiempo apremia, no me apetecería rechazar una traducción por hacer una prueba de 4 horas que encima no me van a pagar y que ni mucho menos me va a asegurar una gran fuente de encargos.

    Visto lo visto, supongo que a los novatillos nos toca pasar por esto y que cada empresa o agencia tiene sus criterios de selección…

  6. Hola
    Acabo de llegar a tu blog, ¡qué conocimientos y qué generosidad !
    Quería comentarte un problema con el que me encuentro. Propongo la traducción del francés al español de sitios web, porque conozco el código y puedo no sólo traducir lo visible en la pantalla, sino sobre todo la descripción, las palabras claves, alt, title, etc. que facilitan la tarea de los motores de búsqueda.
    Bien, pues me encuentro con que ofrezco mi servicio sobre todo a webmasters y a agencias de comunicación y no tengo respuesta. Incluso tengo la impresión de molestarles cuando les propongo la traducción directamente a partir del código.
    ¿Cuál es tu opinión ?
    Recibe un saludo cordial desde el Finisterre francés,
    Luisa – missclick

  7. Pablo Muñoz Sánchez dice:

    Hola y bienvenida, Luisa.

    Lo que comentas es más una cuestión de marketing que de traducción en sí. ¿Has pensado en quién es el que se encarga exactamente de la decisión de traducir contenido web? Lo ideal es poder contactar con los directores de contenido y hacerles una oferta. No va a ser fácil, así que tendrás que personalizar los correos electrónicos e intentar causar una buena impresión. Ten en cuenta que mucha gente tomará tu correo como spam y ni lo leerá, así que hay que pensar en una buena estrategia de marketing antes que nada.

    Te aconsejo que primero selecciones a tu público objetivo y que luego mires en Internet sitios donde puedas encontrar información personaliza con correos electrónicos, nombres, cargos, etc. para hacer un correo personalizado y, sobre todo, atractivo. No se trata de spamear a lo bestia y bombardear direcciones, sino de hacer un buen estudio. Si te lo montas bien puede que obtengas un buen resultado. Y si obtienes pocas o ninguna respuesta, sigue intentándolo, pues ponte en el lugar del que lee tu correo y piensa lo que harías si leyeras un correo similar. ¡No va a ser fácil, pero no imposible, así que mucho ánimo!

  8. Hola Pablo
    Había perdido tus señas (como decíamos antes) y hasta hoy no he vuelto a tu sitio web que he reencontrado por casualidad.

    ¡Y como te agradezco que me hubieras respondido, no lo sabes bien!

    Bueno, te comento que ha pasado tiempo desde ese mensaje y que mi propuesta de traducir sitios web sigue sin tener la acogida que esperaba, pero me he (han) especializado en otros campos y poco a poco voy adquiriendo experiencia.

    Bueno, ahora que te he reencontrado ya he guardado tu url y puedo leer tus propuestas de nuevo.
    Gracias
    Luisa

  9. Hola Luisa:

    Me alegro de verte por aquí de nuevo y de que, a pesar de que las cosas no te han ido como esperabas, al menos te haya ido bien de otra manera 🙂

    ¡Suerte y que sigas disfrutando del blog!

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