Algo más que traducir
Blog sobre traducción profesional, localización de videojuegos, software, aplicaciones móviles, sitios web y tecnologías de la traducción por Pablo MuñozTraductor inglés-español especializado en localización

Gravedad de los errores de traducción, revisión e incompetencia del traductor

ErrorVía N.de T. me entero de que un error de traducción ha sido el causante de que hasta 47 pacientes hayan tenido problemas para rehabilitar sus rodillas y de que muchos de ellos hayan necesitado una nueva operación. Así pues, estamos ante un caso de negligencia no del médico como suele ser habitual, sino del traductor.

Según propias declaraciones del director del hospital Sankt Hedwig (Berlín, Alemania), «fue un error imperdonable». Y en cierto modo lo es, porque las instrucciones que traducimos y que con frecuencia pensamos que nadie lee han causado un grave problema para la salud al traducir «Non modular cemented» por «prótesis que no necesita cemento» (traducción literal del la expresión en alemán zementfrei).

No hace mucho comentaba cómo un error de traducción de un videojuego se convirtió en una leyenda urbana gracias a los rumores y la inocentada de una revista. Al fin y al cabo, es algo que tuvo hasta cierta gracia. Pero no es el caso que nos atañe en este momento. Ahora bien, ¿se puede o, mejor aún, se debe hablar de incompetencia del traductor?

Cualquier egresado de la Universidad empieza en el mundo de la traducción sin apenas experiencia profesional (por no decir ninguna). Las primeras traducciones son todo un reto y seguramente tienen muchos fallos, pero para ello se revisan los textos traducidos en la propia empresa de traducción y se revisan posteriormente por un revisor cualificado externo (al menos en teoría). Dependiendo del proceso de calidad, en el futuro es posible que conforme se adquiere experiencia sólo el revisor externo sea quien corrija nuestra traducción. Porque lo que está claro es que, aunque seamos expertos en la materia, cuatro ojos ven más que dos.

RodillaMuchas veces, los textos que traducimos son de alto carácter especializado y aunque logramos entender el texto original gracias a la documentación disponible (diccionarios especializados, Internet, etc.), es importante destacar que, como poco duchos en el tema en cuestión, resultará difícil emplear siempre la terminología adecuada que usan los expertos y probablemente habrá algún que otro error grave en nuestra traducción. Por tanto, lo ideal, bajo mi punto de vista, sería que el revisor fuese alguien especialista en el tema aunque desconozca la lengua de partida. Al fin y al cabo, los expertos lingüistas somos nosotros y los fallos gramaticales que hayamos pasado por alto también se van a detectar con la lectura de otra persona.

Por supuesto, es lógico que sea difícil contactar con algún maestro del tema abordado en la traducción, y ahí está el problema. Aunque, realmente, ¿un experto se habría percatado del error en cuestión? Difícilmente, y a las pruebas me remito, ya que los que han seguido las instrucciones eran profesionales de la medicina. De este modo, queda claro que siempre que sea posible se debe hacer una revisión cotejando el original.

Independientemente de los años de experiencia, realmente no pienso que se pueda tachar a los traductores que cometen estos errores de incompetentes en el sentido de que cualquiera puede tener errores. Lo cual da mucho que pensar, porque en este caso, ¿quién es el culpable realmente? ¿El traductor? ¿El revisor? ¿La empresa? ¿El médico por no saber inglés (este último lo descarto)? De ser el traductor culpable, ¿puede ir a la cárcel por este fallo?

Yo mismo soy consciente de que alguna vez he cometido un fallo garrafal, pero por suerte el revisor, que coteja el original, se ha percatado porque leyendo en conjunto todo el texto, la frase escapa de la razón. Desde este modo, volvemos a las mismas de siempre: con un plazo de entrega más largo y unas tarifas mejores, seguramente estas cosas no pasarían al otorgarle al traductor más tiempo para documentarse adecuadamente y revisar detenidamente su traducción (fase que creo que es clave dentro del proceso traductor) mirando el original antes de proceder a la revisión del corrector. Pero, por desgracia, vivimos en el mundo real.

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Pablo Muñoz Sánchez

Pablo Muñoz Sánchez

English > Spanish Game Translator
Soy traductor inglés > español con más de 15 años de experiencia especializado en localización de videojuegos y software. He traducido juegos como Metroid y Fire Emblem y ahora trabajo, entre otras cosas, como especialista en control de calidad para Google a través de Vistatec. También soy cofundador de Traduversia, una plataforma de cursos online para traductores. Más sobre mí | Mi libro de localización | Mi Instagram

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4 comentarios

  1. La verdad que es un tema delicado el de los errores de traducción (sobre todo en materia sensible como es el caso de medicina, ingeniería o similares).
    Legalmente, el traductor está vinculado contractualmente a producir en la lengua de destino un equivalente de la lengua de objeto en base a las indicaciones del cliente. Nada más.
    Aunque por supuesto es reprobable que un traductor cometa errores de este tipo, es importante tener en cuenta que la responsabilidad no puede recaer sobre el traductor. En primer lugar, un traductor no puede saber de todo en todo momento. Como tu has comentado, lo ideal es llevar a cabo una revisión por parte de un profesional con experiencia en el tema. Y en cualquier caso, tampoco tendría responsabilidad. Incluso yo añadiría una tercera revisión por parte de un profesional (si es una traducción médica, pues por parte de un médico especializado, para ver si todo suena como debe).
    A la hora de demandar a alguien, supongo que las consecuencias legales dependen del régimen aplicable. Por la vía civil, el traductor puede ser considerado responsable solidario junto con el editor (en el caso de que este no hubiera contratado a un revisor para controlar el contenido de la obra). Por la vía penal, dudo que prosperase una demanda contra el traductor (en el caso de la muerte de un paciente por aplicación de una traducción indebida), porque la figura aplicable sería la de homicidio involuntario, la cual está limitada a una serie de supuestos legales mu claro, bajo ninguno de los cuales se podría incluir al traductor negligente.
    Si alguien quiere más información legal que lo pida vía comentario. Si no, me niego a desempolvar mis apuntes de derecho! XD

  2. Por eso se supone que todos los traductores deberían tener un seguro de responsabilidad civil.

    Hace poco leí en una lista de distribución que un prestigioso despacho de abogados, cliente de una empresa de traducción, perdió un juicio “gracias” a una consulta terminológica que el traductor del escrito de defensa realizó en cierta página de recursos para traductores. Aunque en este caso no podríamos hablar de incompetencia, ¿quién es el responsable? ¿La agencia que olvida hacer contratos para vincular a sus traductores? ¿O el traductor que no guarda un mínimo de confidencialidad?

    Sin un código deontológico al que podamos acogernos de manera obligatoria, es normal que ocurran este tipo de cosas. Aunque según he investigado en las bases de datos de jurisprudencia, este tipo de casos no suele llegar muy lejos.

  3. Creo que está más que claro que la responsabilidad es únicamente de la empresa que distribuye el producto traducido.

    Si la traducción contiene errores o si un componente es defectuoso de origen, la responsabilidad sigue siendo de la empresa que vendió el producto final al cliente.

    En el caso de los errores de traducción, el contrato que firme cada traductor con la empresa determinará el grado de responsabilidad que recae sobre el traductor y qué pasa si hay errores.

    La solución para evitar situaciones similares en el futuro sigue siendo fácil: que la empresa se asegure de contratar a buenos traductores y buenos empleados de control de calidad y de mejorar sus condiciones de trabajo.

  4. transandloc dice:

    Muy buena reflexión. No hace mucho me he encontrado en una situación parecida. Me sentía un poco decaída pensando que era mi culpa, pero sinceramente después de leer tu artículo me siento más animada. Con el tiempo “hiper express” que me dieron hice la mejor traducción posible y no acabó en una catástrofe después de todo 😀

    Saludos desde Valencia

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